Danza Contemporánea de Cumaná: El movimiento como vida (4)

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Gente de Hive: Aquí la cuarta parte de mi trabajo sobre la Escuela de Danza Contemporánea de Cumaná.

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La Escuela de Danza Contemporánea de Cumaná nació, formalmente, en 1992 (actualmente lleva el nombre de Rodolfo Varela), recuerda Rosa Linares, directora desde 2006, quien fuera estudiante, integrante de los distintos grupos que ha tenido la Escuela a lo largo de los últimos veinte años y profesora.

Fundación y Escuela

En forma paralela a estos acontecimientos, se constituye en 1984 la Fundación para la Danza del Estado Sucre, más conocida como Fundadanza. No bastaba con tener una escuela, se necesitaba un plan coherente de formación y una política cultural en el área de la danza del estado Sucre. Por otra parte, aunque la Dirección de Cultura pagaba los sueldos del personal “escasamente se ocupaba de otra cosa como el papel higiénico”, afirma Rodolfo Varela, presidente de la Fundación. Y ésta comienza a dar frutos, sobre todo en el área de difusión y promoción de la danza en todas sus manifestaciones y estilos. En la actualidad, todas las escuelas de baile y danza de la ciudad tienen detrás una fundación que lucha por ellas, pero al comienzo Fundadanza fue muy atacada porque no se entendía esa visión.

Fundadanza nace con el doble propósito de apoyar y defender la Escuela Descentralizada de Danza y promover el desarrollo de la danza en el estado. El primer propósito tiene una vertiente que no ha dejado de tener consecuencias: como la Escuela carece de personalidad jurídica, ha sido Fundadanza la encargada de canalizar gran parte de los recursos monetarios que la actividad requiere, bien sea a través de la asignación directa de recursos gubernamentales o mediante la consecución de recursos autogestionados.

Sobre esto, dice Rosa Linares: “Fundadanza siempre ha llevado las gestiones administrativas. El comodato de las distintas edificaciones se le otorga a Fundadanza, en su condición de institución que nace para apoyar a la Escuela”.

Esta situación, aunque beneficiosa en el largo plazo, ha colocado a la Escuela de Danza Contemporánea en cierta minusvalía con respecto a Fundadanza; cuando menos, en el manejo de la imagen pública. Es fácil confundir una con otra, sobre todo cuando en la fachada de las dos sedes de la Escuela el nombre que aparece es el de Fundadanza. Por otra parte, hay que considerar que durante los primeros años el presidente de la Fundación era el mismo director de la Escuela, y los demás miembros de la fundación eran profesores de la misma institución, acompañados de padres y representantes; no había posibilidad ni necesidad de conflicto.

Como dice Leobaldo López a evaluar aquellos años: “La relación del público cumanés con la danza contemporánea ha crecido mucho gracias a la labor de Rodolfo con la Fundación, que enriqueció el movimiento dancístico”.

En cuanto al desarrollo de la danza en el estado Sucre, Fundadanza es responsable de la creación y organización del Festival Sucrentino de Danza, una actividad anual que en 2015 cumplió 30 años, y que ha congregado lo más importante de la danza contemporánea venezolana. Con altibajos, el Festival se ha convertido en una referencia nacional en el mundo de la danza y ha contribuido de manera fundamental en la consolidación de un público para esta manifestación artística en Cumaná.

Cinco generaciones de bailarines

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A pesar de su juventud, Naisgelys Álvarez es una de las profesoras que tiene una de las permanencias más largas en la Escuela. Por supuesto, no en el mismo rol de profesora. Como otros miembros del cuerpo docente, empezó como alumna de la misma Escuela; en su caso,“pegando brincos” desde los cinco años. Acompañada y alentada por un tío recorrió el espectro de posibilidades que la ciudad ofrecía para una niña interesada en las artes: talleres de pintura, serigrafía, lectura, danza… Al final escogió y se decantó por la danza. Durante la adolescencia, ante las responsabilidades y exigencias del bachillerato, estuvo a punto de abandonar.

Hacia los 16 años terminó su formación en la Escuela, pero nunca se desprendió de ésta, ya que siguió asistiendo a clases e integrando los distintos grupos, principalmente en la Compañía Juvenil. A los 20 años comenzó a ser profesora, sobre todo de la asignatura Danza Creativa, para la que se estuvo capacitando de la mano del profesor Ramón Núñez.

–La danza creativa tiene que ver con el juego y el desarrollo de la confianza –dice Naisgelys–, tiene que ver con lo que necesita el niño para conocer su cuerpo, y una vez que lo conoce y ha desarrollado esa confianza interna, entonces comenzar a darle importancia al espacio que tiene alrededor. Este es un trabajo que llevo adelante con niñas de cinco años.

Luego de varios años sin una agrupación estable, la profesora Álvarez está a cargo de un elenco juvenil en pleno desarrollo, con la dirección técnica de Leobaldo López, quien fuera director de la anterior Compañía Juvenil de Danza de Cumaná, grupo con el que la Escuela alcanzó notable proyección nacional. Este nuevo elenco juvenil, que tiene ya varias coreografías montadas y algunas presentaciones en diversos escenarios de la ciudad, es lo mejor que le ha pasado a la profesora Álvarez, según sus propias palabras. Con algunas de las jóvenes ha trabajado por una década y en muchas ocasiones le han afirmado que están allí por la motivación y el incentivo que han encontrado en ella. “Ellas me adoptaron”, dice.

Sin embargo, Álvarez está consciente de las limitaciones que se arrastran desde hace varios años: las dificultades para proyectar al grupo, que el trabajo se conozca más allá de la misma Escuela o del reducido círculo de los padres y representantes.

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