La aventura de Samuel
La aventura de Samuel
Samuel era un chico de 20 años que vivía en un pueblo cerca de la selva. Le gustaba explorar la naturaleza y descubrir cosas nuevas. Un día, decidió ir a ver el río que pasaba por el bosque. Se puso su mochila, su sombrero y su cantimplora, y salió de su casa.
Caminó por un sendero que conocía bien, admirando los árboles, las flores y los animales que veía. Después de una hora, llegó al río. Era un río pequeño, pero con mucha corriente. Samuel se acercó a la orilla y vio que había un puente de madera que lo cruzaba. Decidió pasar al otro lado, pensando que quizás encontraría algo interesante.
Se subió al puente y empezó a caminar con cuidado. El puente estaba viejo y algunas tablas estaban rotas. Samuel tenía que saltar de una a otra, evitando caer al agua. Cuando estaba a la mitad, escuchó un ruido detrás de él. Se giró y vio que un mono había saltado al puente y lo seguía. El mono era pequeño y peludo, con una cola larga y unos ojos curiosos.
- Hola, amigo -dijo Samuel al mono-. ¿Qué haces aquí?
El mono no respondió, solo hizo unos sonidos y se acercó más. Samuel se rió y le tendió la mano. El mono la tomó y se subió al hombro de Samuel. Sintió que el mono le tiraba del pelo y le hacía cosquillas en la oreja.
- Eres muy travieso -dijo Samuel-. ¿Cómo te llamas?
El mono volvió a hacer unos sonidos, pero Samuel no entendió nada. Decidió ponerle un nombre.
- Te voy a llamar Coco -dijo Samuel-. ¿Te gusta?
El mono asintió con la cabeza y le dio un beso en la mejilla. Samuel sonrió y siguió caminando por el puente. Coco lo acompañaba, balanceándose en su hombro.
Samuel y Coco llegaron al otro lado del río. Samuel bajó del puente y vio que había un camino que se internaba en la selva. Se le ocurrió que podía seguirlo y ver a dónde lo llevaba. Le preguntó a Coco si quería ir con él.
- ¿Vienes conmigo, Coco? -dijo Samuel-. Tal vez encontremos una aventura.
Coco asintió de nuevo y se aferró a Samuel. Samuel se alegró de tener un nuevo amigo y se dispuso a seguir el camino. No sabía lo que le esperaba, pero estaba seguro de que sería algo divertido.
Así comenzó la aventura de Samuel y Coco, dos amigos que se conocieron en un día soleado, cruzando un río pequeño. 😃
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