EUREKA ...I found myself!

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A lo largo de nuestra existencia, vamos teniendo diferentes experiencias, algunas muy agradables y otras no tanto.

Muchas de esas experiencias o vivencias nosotros las provocamos, las buscamos, otras, sin embargo, es como si el universo dijera: Tienes que vivir esto y, aprende de ello.

O simplemente la vida te pone en una dirección en la que debes aprender a reconocerte...y encontrarte. Eso me sucedió a mi.

Desde temprana edad aprendí a tomar decisiones, aprendí a defenderme en el mundo, a establecer que queria y que no queria en mi vida.

Me casé joven. Con el único novio que tuve, ya se los he dicho. Fué un noviazgo largo, muy bonito, pero el matrimonio no llegó a ser tan duradero como yo esperaba.

Diferencias, desajustes, y al cabo de siete años, todo acabó.

No estaba preparada para eso. Emocionalmente me desequilibré bastante, muchas cosas a mi alrededor cambiaron. Perdí esperanzas, ilusiones, familia, amigos.

Me encerré en mi casa, con mi niño. Sólo iba al trabajo, a recogerlo en la escuela, visitaba poco a mi mamá y de amigos, ni hablar. Y obviamente, poca comunicación con mi ex: lo necesario por el niño.

Pasé dos años así hasta el dia que escuche sin querer a dos vecinas conversando acerca de mi y de la forma en la que yo estaba viviendo.

No me había dado cuenta del daño que me estaba haciendo, del daño irreparable que le estaba haciendo a mi vida y a la de mi hijo.

Sentada en la cama empecé a analizar el último tiempo vivido. Me di cuenta que me habia encerrado como si el mundo se hubiese acabado, como si mi vida hubiese terminado. Estaba sumida en una situación de conformismo, de derrota y el tiempo pasaba frente a mi y yo no me daba cuenta de todo lo que estaba dejando de vivir.

No era yo. No me reconocía. Esa chica que era decidida, con determinación, y que sabía lo que quería, no la encontraba...estaba desaparecida. Me paré frente al espejo y por primera vez me dí cuenta de cuan desmejorada estaba: demasiado delgada, pálida, parecía enferma. Creo que incoscientemente, estaba tratando de ocultar la realidad.

Al acostarme lloré...lloré mucho al darme cuenta que me estaba dejando vencer por una sola pelea perdida, que estaba dejandome derrotar por una experiencia que simplemente tenia que vivir y aprender de ella.

Esa noche me dije que no era el fin del mundo, que todo tiene un principio y un final. La pelea de la vida es peleando, caer y levantarse las veces que haga falta. El mundo está lleno de personas que se divorcian, de parejas que se separan . Tenía que seguir adelante y regresar a mi. Seguir con mis pensamientos, con mis aspiraciones, con mis valores, encontrar mi autoestima y reencontrarme con la persona independiente, amistosa y vital que yo era...esa que se habia escondido tras una cortina.

Al día siguiente inició otro capítulo en mi vida, uno en el que no buscaba la aprobación de los demás sino la mía, mis intereses, deseos, metas, aceptando y reafirmando quien era y adonde iba.

La vida tiene muchos sinsabores, pero también tiene experiencias enriquecedoras y agradables y de estas últimas, debemos acordarnos cuando estamos pasando por las primeras. Cualquier crisis en nuestra vida nos ayuda a ver las cosas de otra manera, a desarrollar nuevas habilidades y a valorarnos dia a dia.

Es díficil no dejarse atribular por las situaciones negativas que podamos vivir, pero debemos hacer todo lo que está a nuestro alcance para no perdernos mientras las vivimos y mantenernos bien agarraditos a lo que somos, a nuestra esencia, esa que nos distingue frente a los demás y a nosotros mismos. Es imprescindible amarnos, respetarnos, confiar y creer en nosotros mismos para alcanzar estabilidad emocional y crecer como personas.

Hay una frase que dice que perdernos es la mejor manera de encontrarnos. Yo lo hice y por eso puedo decir: