A brave woman from Louisiana, must survive in the city of Chicago to much more than the harsh working conditions, racial exclusion and poverty, facing something unknown

   Al caer desmayada, Whitney tuvo la fortuna de situar su cuerpo inerte involuntariamente bajo la mesa donde estaba la máquina de costura, quedando oculta a simple vista camuflada entre la oscuridad, mientras una cosa aterradora se manifestaba en el entorno de la fábrica, recorriendo a su voluntad, el inmenso galpón desolado en busca de almas para recolectar o algo mucho más perturbador, en este día santo, del cual la pobre chica desconocía por completo sus implicaciones.

  Una vieja leyenda escocesa habla de un demonio, que es capaz de asistir a la tierra por unas cuantas horas para recoger la esencia de niños perdidos, trayendo junto con él, un poder de pestilencia que degrada todo el aire a su paso por cualquier espacio solitario, pero teniendo además, la posibilidad de recolectar espíritus de personas vivas para condenarlos al infierno, tan solo por cruzarse en su camino.

  Con la finalidad de aplacar los ímpetus de este aterrador ente del averno, algunos constructores antiguos, practicantes de la magia oscura y la adoración pagana, tenían la convicción de que sus obras prevalecerán en el tiempo, sepultando junto a los cimientos de los edificios cadáveres de niños sin familia, los cuales quedarían por siempre penando dentro de las instalaciones, creando así una perturbadora distracción para que el ente demoniaco se confundiera correteándolos y no plasmara la decadencia que lo acompañaba en las torres.

  Sin duda una tradición muy extraña y poco conocida, pero que es tan antigua como los grandes imperios, de los cuales existen registros históricos que consagran su cumplimiento al pie de la letra, secuestrando en su época a huérfanos moribundos. Muchas personas aseguran que los descendientes provenientes de islas romanas aún la practican, por eso, seguramente en secreto, los mafiosos relacionados con las constructoras le dieron satisfacción a estas costumbres, auspiciadas por los millonarios creyentes que financiaron su ejecución en tiempos modernos.

  Un espantoso olor se apoderó del entorno, enrareciendo el aire y generando en la desdichada mujer la sensación de vomitar, haciéndola despertar lentamente de su letargo. Al abrir los ojos, todavía temblaba de miedo y frío situada en el pequeño cubo debajo del mueble, desconcertada por lo que estaba pasando, escuchó el sonido de golpes acercándose, eran como pisadas muy fuertes, cosa que aceleró su corazón al punto de casi reventar sus venas, por lo que rezó todas las oraciones que conocía, susurrando en sus adentros y conteniendo las ganas de gritar de pánico para evitar ser descubierta.

  Sus ojos se adaptaron a la penumbra y comenzaron a aclarar las cosas frente a ella, en la rendija entre el piso y el mueble, observó como un animal a dos patas caminaba justo a su lado. Dejándole ver unas pezuñas de cabra y dos fornidas extremidades cubiertas de pelo, que anteceden a una gruesa cola roja terminada en punta de flecha, mientras el vapor condensado, delataba las fuertes exhalaciones producidas por el monstruo produciendo sonidos extraños, que se confundían entre gruñidos y chillidos, demostrando su temperamento agresivo desbordado en plena cacería.

  Lágrimas de horror corrían como cataratas por el rostro de Whitney, que se volvió extremadamente pálido, tratando de apretar los párpados para pensar que estaba soñando y esperar a que todo pasara. Sin embargo, el demonio continuaba exaltado, recorriendo cada centímetro del lugar, procurando no regresar al infierno con las manos vacías.

  Como si de una ayuda divina se tratara, quizás en respuestas a sus súplicas desesperadas. Whitney vio el fantasma de una niña pequeña vestida con ropa antigua, que estaba a unos metros de distancia viéndola fijamente para captar su atención, cuando finalmente cruzaron miradas, la pequeña le hizo señas de mantener silencio extendiendo su dedo y colocándolo sobre los pequeños labios pálidos color gris.

  La manifestación espectral entonces empezó a golpear con fuerza una lámina de metal y salió corriendo, atrayendo hacia ella la atención de la bestia que, volteó en esa dirección confundida y avanzó torpemente resbalando en el piso de concreto liso para intentar atraparla, mientras la costurera veía todo el espectáculo de carreras desde su escondite, sin poder siquiera moverse, sintiendo sus extremidades paralizadas por completo y un escalofrío que calaba hasta lo más profundo de su ser.

  Los zapatos de un niño varón pasaron corriendo en sentido contrario, haciendo igual número de ruidos y risas confundiendo al animal enfurecido carente de inteligencia, que no sabía a quién perseguir. Whitney finalmente pudo entender entonces, que para ellos, a pesar de ser fantasmas, luchar contra este aterrador demonio no era más que un juego, el cual seguramente habían practicado muchas veces con el pasar de los años y que para nada, sentían un miedo tan atroz como el de ella, cosa que la reconfortó.

  Entonces una canción infantil realmente lúgubre se escuchó en la entonación de las voces fantasmales de estos niños, que reían a carcajadas celebrando una vez más su victoria, mientras el reloj en la pared sonaba su silbato a vapor, indicando que eran exactamente la 12 de la noche, cosa que retornó de inmediato todo a la normalidad, arrastrando al demonio de vuelta a los infiernos y permitiendo que la joven Whitney, recuperara la movilidad para salir de ese aterrador entorno, jurando nunca más regresar, pero agradeciendo entre lágrimas a los pequeños que la salvaron.

Esta historia es ficticia y no representa a nadie en particular.

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  When Whitney fainted, she had the good fortune to place her inert body involuntarily under the table where the sewing machine was, being hidden to the naked eye camouflaged in the darkness, while a terrifying thing manifested itself in the surroundings of the factory, roaming at will, the immense desolate shed in search of souls to collect or something much more disturbing, on this holy day, of which the poor girl was completely unaware of its implications.

  An old Scottish legend tells of a demon, who can attend the earth for a few hours to collect the essence of lost children, bringing with him, a power of pestilence that degrades all the air as it passes through any lonely space, but also having the ability to collect spirits of living people to condemn them to hell, just for crossing his path.

  To appease the impetus of this terrifying entity of the underworld, some ancient builders, practitioners of dark magic and pagan worship, were convinced that their works would prevail in time, burying the corpses of children without families next to the foundations of the buildings, which would remain forever suffering inside the facilities, thus creating a disturbing distraction so that the demonic entity would be confused running around and not capture the decadence that accompanied him in the towers.

  Undoubtedly a very strange and little-known tradition, but it is as old as the great empires, of which there are historical records that consecrate its fulfillment to the letter, kidnapping dying orphans in their time. Many people assume that the descendants from Roman islands still practice it, so that, surely in secret, the Mafiosi related to the construction companies gave satisfaction to these customs, sponsored by the millionaire believers who financed its execution in modern times.

  A dreadful smell took over the environment, rarefying the air and generating in the unfortunate woman the sensation of vomiting, making her slowly wake up from her lethargy. When she opened her eyes, still trembling with fear and cold, placed in the small bucket under the furniture, bewildered by what was happening, she heard the sound of approaching blows, like very loud footsteps, which accelerated her heart to the point of almost bursting her veins, so she prayed all the prayers she knew, whispering inwardly and holding back the urge to scream in a panic to avoid being discovered.

  Her eyes adjusted to the gloom and began to clear in front of her, in the crack between the floor and the furniture, she watched as a two-legged animal walked right next to her. Letting her see goat hooves and two stout limbs covered with hair, preceding a thick red tail ending in an arrowhead, while the condensed steam, betrayed the strong exhalations produced by the monster producing strange sounds, which were confused between grunts and squeals, demonstrating his aggressive temperament overflowing in the full hunt.

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  Tears of horror ran like waterfalls down Whitney's face, which became extremely pale, trying to tighten her eyelids to think she was dreaming and wait for everything to pass. However, the demon continued exalted, going over every inch of the place, trying not to return to hell empty-handed.

  As if for divine help, perhaps in response to her desperate pleas. Whitney saw the ghost of a little girl dressed in old clothes, who was a few meters away staring at her to get her attention, when they finally crossed glances, the little girl signaled her to keep silent by extending her finger and placing it on the small pale gray lips.

  The spectral manifestation then began to hit a sheet of metal with force and ran away, attracting the attention of the beast, which turned in that direction confused and advanced clumsily slipping on the smooth concrete floor to try to catch her, while the seamstress watched the whole spectacle of races from her hiding place, unable to even move, feeling her limbs completely paralyzed and a shudder that penetrated to the depths of her being.

  A male child's shoes ran past in the opposite direction, making an equal number of noises and giggles confusing the enraged animal lacking intelligence, who didn't know who to chase. Whitney could finally understand then, that for them, despite being ghosts, fighting this terrifying demon was nothing more than a game, which they had surely practiced many times over the years, and that they were not at all as frightened as she was, which comforted her.

  Then a mournful children's song was heard in the intonation of the ghostly voices of these children, who laughed loudly celebrating their victory once again, while the clock on the wall sounded its steam whistle, indicating that it was exactly midnight, which immediately returned everything to normal, dragging the demon back to hell and allowing young Whitney to recover her mobility to leave that terrifying environment, swearing never to return, but thanking the little ones who saved her in tears.

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This story is fictional and does not represent anyone in particular.

This is an Original Story written by @susurrodelmisterio for Hive

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