IAmAliveChallenge / Mi mañana de asuntos médicos

Abrí mis ojos y noté que ya había amanecido, hoy debíamos levantamos muy temprano, porque yo tenía que ir a la clínica de mi trabajo, para mi revisión médica. Desayunamos y salimos todos con buen ánimo, mis hijos tenían que ir a su clase de natación.

_{De camino a nuestros compromisos}

Llegamos a mi destino a las 7, no eran tan temprano, por fortuna pude agarrar un número, el 25; ahora sólo debía esperar ser atendida.

Mi esposo e hijos se fueron a la piscina, para la clase de natación. Entonces aproveché de ir a entregar unas facturas para que me fueran reembolsadas, es un beneficio de nuestro seguro médico.

Fue un proceso sencillo, tenía cuatro personas adelante, por lo que en unos 20 minutos ya estaba saliendo de allí. Tomé un atajo para regresa a la clínica industrial.

_{En un atajo}

No había ido por ese atajo antes, me pareció agradable y hacía mucho más corta la distancia entre un punto y el otro. A pesar de que lo corto del trayecto, me ardían las piernas, producto de la circulación en ellas, entonces me di cuenta de que necesitaba caminar.

He estado de reposo por más de 2 meses y no he caminado nada. Eso está muy mal de mi parte, así que empezaré aunque sea con 5 minutos diarios e iré incrementando el tiempo progresivamente.

Noté que el cielo estaba nublado y soleado, es decir, a pesar de que las nubes lo cubrían, los rayos del sol se escapaban y me alcanzaban.

_{En la clínica industrial}

Siempre intento aprovechar el tiempo, así que mientras esperaba en el pequeño estacionamiento techado que está al frente de la clínica industrial, me puse a escuchar unos audios de la biblia y a tomar algunas notas que me sirvieran para mi próxima publicación, que sería ésta.

_{Mientras esperaba mi turno en el pequeño estacionamiento techado}

Me gusta este lugar porque es solitario, las personas suelen quedarse paradas frente a la clínica (como se puede apreciar al fondo de la fotografía anterior), no entiendo muy bien por qué, pero agradezco tener este espacio de tanta tranquilidad. El silencio me permite escuchar el canto de los pajaritos que están alrededor e incluso mis propios pensamientos. Puedo orar, reflexionar y agradecer por tantas cosas, que muchas veces damos por sentadas.

Un poco después de las diez fui atendida, hasta ahora los médicos que me han tocado son amables, una bendición. Mi afección en la cervical sigue molestándome y desde ayer me está doliendo la cabeza; sin embargo, dejo esas molestias a un lado y decido disfrutar todo lo bueno que me rodea.

Mi esposo pasó por mí y al llegar a casa, ya era hora del almuerzo, que acompañamos con un batido preparado con una pequeña lechosa, esa de las que le conté hace poco, la que se hizo esperar por dos años. Alcanzó sólo para vaso y medio y adivinen quién se llevó la mayor parte...

_{Mi hijo con su batido de lechosa}

Mientras almorzábamos cayó un aguacero, como decimos en mi tierra. Gracias a Dios, ya todos estábamos resguardados en casa y pudimos cumplir, sin ningún problema, nuestro itinerario de la mañana y ahora podíamos disponernos a descansar un poco, acompañados del aquietante sonido de la lluvia.

_{La lluvia desde la ventana de nuestra casa}

Un día más para gritar que estamos vivos y que estamos agradecidos por eso.

La vida desde el agradecimiento, es una vida llena de bendiciones.

Gracias a todos ustedes por tanto...

_{Las fotografías mostradas son de mi propiedad.
Separador elaborado en PowerPoint a partir de una imagen propia.}