Era un radiante día, el sol calentaba más que de costumbre.

Mercedes estaba angustiada, estos días tan calurosos la ponían mal, era imposible permanecer dentro de la casa, así que, buscando un poco de frescura, salió a la parte trasera de la casa dónde habían unos árboles inmensos y frondosos, ella llevo una silla y se acomodó debajo del árbol que emanaba más frescura.

Estába tan feliz de estar allí, esa frescura le hizo olvidar el calor y su angustia desapareció también. Luego, se fueron uniendo los demás miembros de la familia, pasaban las horas, conversaban, reían, tomaban limonada y nadie se percataba de las oscuras nubes que se estaban formando en ese cielo, poco antes azul.

Sólo los sacó de su embeleso una fuerte corriente de aire, haciendo a Mercedes suspirar de gozo, diciendo en voz alta "aaaaahhhhh!, parece que al fin va a llover", nadie se movió de sus asientos, todos disfrutaban ese viento tan reconfortante, después de tanto calor.

Pero ese viento tan acogedor, de pronto se tornó en un viento huracanado, todos corrieron a refugiarse dentro de la casa, llevando sus sillas y cerrando puertas y ventanas.

Empezó la tormenta eléctrica, los truenos estremecían las paredes, los relámpagos iluminaban todo, comenzó una lluvia torrencial, pero lo más impactante para Mercedes y los suyos, era el viento, era algo que nunca antes habían sentido.

De repente se interrumpió la electricidad, ellos siguieron con sus quehaceres domésticos a la luz de las lámparas, afuera se escuchaban horrorosos estruendos, pero nadie podía asomarse, ya que era muy peligroso.

Ya estaban listos para irse a dormir, cuando algo estremeció la tierra, hubo gritos, llantos de los más pequeños, todos se abrazaron y se quedaron inmóviles. El repique del celular de Mercedes, los saco del shock en que se encontraban.

El sonido de la lluvia no dejaba escuchar nada, Mercedes puso el altavoz para escuchar mejor y este no sirvió, todos preguntaban quién era?, que pasaba?, ella dijo que no se escuchaba nada y que el altavoz dañado por lo visto.

El esposo de Mercedes abrió cuidadosamente la puerta de la calle y con la luz de un relámpago que iluminó todo, se tranquilizó al ver que todo estaba normal, cerró de nuevo la puerta, la tormenta siguió, así que no tuvieron más remedio que acostarse a ver si podían conciliar el sueño.

Cuando empezó a amanecer, Mercedes se levantó de la cama para ver los estragos que dejó la tormenta, abrió la puerta que lleva a la parte tracera de la casa, se le doblaron las rodillas y un grito quedó ahogado en su garganta.

El inmenso árbol que pocas horas atrás les sirvió de protección del sol y del calor, estaba tirado en el suelo, el viento huracanado lo sacó de raíz.

Mercedes se percató de que ese fue el estremecimiento que sintieron y la llamada era de un vecino para darles la información.

Bueno esto es todo por hoy amigos. Invito a participar a @chacald.dcymt hasta la próxima vez, espero espero les guste mi relato.