My Life from down here! // Mi vida desde aquí abajo
I was born 10 years ago. I was beautiful, shiny black and the fuscia of my laces and sole, I was the center of attention. One day my owner came into the store and saw me. It was love at first sight.
She put on my shoes and I hugged her so gently that she never wanted to leave me again. At first I lived inside the box, and when I came out of it I saw my neighbors dusty and dirty. I always wondered why they looked so bad. I really didn't like having such dirty neighbors.
My owner worked as a saleswoman in an appliance store, so she had to stand for long hours a day and I always accompanied her. From down here I listened to an infinite number of conversations, of all kinds and colors.
One day a lady was very annoyed and shouted at the top of her lungs at my owner, I felt like kicking her, but I restrained myself. That is not refined and is not part of good manners.
Imagen de Here and now, unfortunately, ends my journey on Pixabay en Pixabay
The lady was wearing some outlandish high patent leather shoes that were proud and cocky. But those shoes were annoying because she never wore them, only on rare occasions, so on those occasions the proud patent leather high heels made her life miserable. They gave her blisters and hugged her so tightly that the little bones in her feet cried with so much pain. I felt sorry for the lady who screamed, I understood perfectly well the reason.
One day the boss called my owner and told her that she could no longer work in the company, something about downsizing, that made my owner very sad. We never worked in the store again. She started working from home, something about telecommuting through the net, but I didn't see any net and she was always sitting in front of the computer wearing her flip flops, how I felt envious of those flip flops, I could tell they made her happy.
I remained impassive waiting, and so the years began to pass. The dirty shoes were gone and new shoes arrived to replace me in the daily life of my owner. That saddened me, I no longer accompanied her every day.
One day my owner decided to exercise and took me in her hands again. Every afternoon without fail we had a date: we went to the gym, we walked in the parks. I was so happy! ... my body began to show scars, some tears, so one day she stopped using me in the exercises. I went back to the shoe rack, there along with the rest of the dusty shoes.
The new shoes taunted us, for they were clean and shiny, well cared for and protected inside their boxes.
Imagen de Dirk (Beeki®) Schumacher en Pixabay
One day I thought he was going to throw me away for good, but no, he started to climb the mountain and what better shoe to climb than me, the old, worn and broken shoe. I put up with all weathers, no matter if I get dirty and muddy!
I am happy, who would have thought it, at 10 years old I am my owner's favorite. Every Sunday she gets up very early and takes me in her hands. Humming a song she puts me on and our adventure begins.
The fresh air and the dust, oh! How I love getting dirty, walking through mud or dirt roads. Climbing the mountain, and seeing the city from up there, from such a sacred place.
Sometimes I remember those high patent leather shoes, they will never be able to see what I see!!!!!
One the app Deepl.com as translator //
Internal photos taken from Pixabay.com
AHORA EN ESPAÑOL
Nací hace 10 años. Era hermosa, de un color negro reluciente y el fuscia de mis cordones y suela, era el centro de atención. Un día mi dueña entró en la tienda y me vio. Fue amor a primera vista.
Me calzó y yo la abrace con tal delicadeza que nunca más quiso dejarme. Al principio vivía dentro de la caja, y al salir de ella veía a mis vecinos polvorientos y sucios. Siempre me pregunté la razón de su mal aspecto. La verdad no me gustaba tener vecinos tan cochinos.
Mi dueña trabajaba como vendedora en una tienda de electrodomésticos, así que largas horas al día debía estar parada y yo siempre la acompañaba. Desde aquí abajo escuchaba infinidad de conversaciones, de todo tipo y colores.
Un día una señora estaba muy molesta y gritaba a más no poder a mi dueña, yo sentí deseos de patearla, pero me contuve. Eso no es refinado y no forma parte de las buenas costumbres.
Imagen de Here and now, unfortunately, ends my journey on Pixabay en Pixabay
La señora calzaba unos estrambóticos zapatos altos de charol que eran orgullosos y creídos. Pero esos zapatos estaban molestos pues ella nunca se los ponía, solo para contadas ocasiones, así que en esas ocasiones los orgullosos zapatos altos de charol, le hacían la vida imposible. Le sacaban ampollas y la abrazaban con tal fuerza que los huesitos de sus pies lloraban de tanto dolor. Sentí pena por la señora que gritaba, entendí perfectamente la razón.
Un día el jefe llamó a mi dueña y le dijo que ya no podía trabajar en la empresa, algo sobre reducción de personal, eso entristeció mucho a mi dueña. Nunca más volvimos a trabajar en la tienda. Comenzó a trabajar desde su casa, algo sobre trabajo a distancia a través de la red, pero yo no veía ninguna red y ella siempre estaba sentada frente al computador calzando sus chanclas, como sentí envidia de esas chanclas, se notaba que la hacían feliz.
Me mantuve impasible esperando, y así comenzaron a pasar los años. Se fueron los zapatos sucios y llegaron otros zapatos nuevos que me reemplazaron en la cotidianidad de la vida de mi dueña. Eso me entristeció, ya no la acompañaba todos los días.
Un día mi dueña decidió hacer ejercicio y me volvió a tomar entre sus manos. Todas las tardes sin falta teníamos una cita: íbamos al gimnasio, paseábamos por el parques. Era tan feliz!!! … mi cuerpo comenzó a mostrar cicatrices, algunas roturas, así que un día dejó de usarme en los ejercicios. Volví a la zapatera, allí junto con el resto de zapatos polvorientos.
Los zapatos nuevos se mofaban de nosotros, pues ellos estaban limpios y relucientes, bien cuidados y protegidos dentro de sus cajas.
Imagen de Dirk (Beeki®) Schumacher en Pixabay
Un día pensé que me iba a botar definitivamente a la basura, pero no!, comenzó a subir la montaña y que mejor zapato para subir que yo, el zapato viejo, desgastado y roto. Yo aguanto todos los climas, no importa que me ensucie y me llene de barro!
Soy feliz, quien lo iba a pensar, yo a mis 10 años soy la favorita de mi dueña. Todos los domingos ella se levanta muy temprano y me toma entre sus manos. Tarareando una canción me calza y comienza nuestra aventura.
El aire puro y el polvo, ah!!! Como me encanta ensuciarme, caminar entre barro o caminerías de tierra. Subir la montaña, y ver la ciudad desde allá arriba, desde un lugar tan sagrado.
A veces recuerdo esos zapatos altos de charol, ellos nunca podrán ver lo que yo veo!!!
Uno la aplicación Deepl.com como traductor //
Fotos internas tomadas de Pixabay.com
Una segunda vida llena de aventuras quienes más salen de nuestra zapatera son esos que nos hacen sentir cómodas
Eso es verdad, esos zapatos viejos son tan cómodos
Wow! Tremendo cuento. Te has ganado 20 chocolates! 😎
Gracias!!! Quiero mis chocolates!!!