Mandy, es una película de fantasía, terror y acción estadounidense estrenada en el año 2018. Fue dirigida y escrita por Panos Cosmatos con la ayuda en el guion de Aaron Stewart-Ahn. La producción estuvo conformada por Elijah Wood a través de las empresas productoras Piccadilly Pictures, Son Capital, SpectreVision, Umedia, XYZ Films y Legion M. El reparto actoral estuvo compuesto por Nicolas Cage como Red Miller, Andrea Riseborough como Mandy Bloom, Linus Roache como Jeremiah Sand, Bill Duke como Caruthers, Richard Brake como El Químico, Ned Dennehy como Hermano Swan, Olwen Fouéré como Madre Marlene, Line Pillet como Hermana Lucy, Clément Baronnet como Hermano Klopek, Alexis Julemont como Hermano Hanker, Stephan Fraser como Hermano Lewis, entre otros. La música fue realizada por Jóhann Jóhannsson y la fotografía por Benjamin Loeb. La película fue distribuida por la XYZ Films con una duración de 121 minutos.

Red Miller y Mandy Bloom, son una pareja que viven aislados en medio de un bosque en Las Montañas Sombrías, en el año 1983. Red, es un ex alcohólico que trabaja como maderero y mantiene a raya con fluidez a sus demonios, mientras que Mandy, es una artista de fantasía que trabaja de día como cajera en una gasolinera al pie del bosque. Ambos llevan una vida tranquila, alejados de los traumas de sus pasados. Un día, su paz se verá interrumpida por la llegada de “Los hijos del Nuevo Amanecer”; una secta hippie dirigida por Jeremiah Sand, quien ha sentido una fuerte atracción por Mandy. Ahora con una Mandy secuestrada y con un Red furioso, seremos testigos de un desfile de horror sanguinario, drogas y depravación.

No sé como describir a Mandy, es toda una piscina llena de colores cósmicos y música fusionada en un panorama onírico, que va de la mano con una sanguinaria historia de venganza, donde vemos en pantalla a un Nicolas Cage completamente desquiciado, ¿será el papel de su vida?, como muchos, opino que sí, y es que no estamos ante una obra rocanrolera ochentera solo plagada de arte de la época, sino ante una pantalla hipnótica aderezada por una completa y abrupta sugestión fantasiosa a nuestra mente.

No conocía al director hasta que vi esta película, pero ahora lo tendré muy en cuenta, ya que ha logrado engancharme y colocarme en trance por dos horas y un minuto. Es increíble lo que se puede producir con un sentimiento tan poderoso como la tristeza, puesto que el hijo del director de Rambo, confesó que escribió Mandy pensando en la muerte de sus padres; sentimientos de rabia y dolor liberados, reflejados perfectamente en las escenas más fuertes de emoción.

En Mandy, no solo encontraremos un terror tipo gore que nos provocará repulsión, también encontraremos algo de humor, conveniente quizás para aminorar el potente impacto que este filme puede llegar a causarnos. La secuencia del ritmo es lenta, pero adecuada; usada idóneamente para mantenernos en suspenso mientras Cosmatos nos mantiene hipnotizados con psicodélicos colores e historias interesantes y perturbadoras de nuestros dos enamorados protagonistas.

La música es otra de las cosas que más me ha gustado, pues te hace sentir que estás en vivo de un concierto de power metal con sintetizadores emitiendo un sonido al estilo darkwave, con estruendosas guitarras que van despacio incluso en los momentos de acción, mientras vemos correr la sangre y la furia de un hombre incontrolable. Jóhann Jóhannsson hizo un gran trabajo aunque lamentablemente falleciera al mes siguiente del estreno de Mandy, la película quedará anotada como uno de sus mejores trabajos musicales.

La acción y la locura, son dos aspectos que también resaltan en esta danza interminable manipulada por el LSD. El ritmo parece interminable cuando nos adentramos en él, y siento que gocé bastante las escenas tanto de humor como de intenso gore. Hay muchas emociones que flotan tanto tristes como explosivas, el propio director hizo mención de que esta película que era como una “erupción volcánica”, y ciertamente con esas palabras, pude visualizar la potencia que se desprendía ante mí inconmensurablemente.

Mandy para mí es una obra de arte llena de ritmos artísticos y alucinantes. Posee una dosis alta de fantasía, un terror oscuro pero suave y una magnifica fotografía ochentera que la vuelven más admirable. Los momentos de acción son icónicos, aunque quedemos impactados con ese espacio cósmico que estamos enfrentando, nos resolvemos con una brutal historia llena de venganza, misticismo, gore, fantasía y algunos golpes fuertes de sarcasmo. Si te gusta este tipo de arte, donde lo onírico se mezcla perfectamente con la realidad y la ciencia ficción, te recomiendo esta película que en verdad te hará volar la cabeza.