La maldición de Radath [Parte I] / The Radath Curse [Part I]

avatar
(Edited)

Ilustración/Illustration

VERSIÓN EN ESPAÑOL

El regreso

Eran las dos de la mañana y Eusebio dormía en la confortabilidad de su habitación. Se encontraba sumido en las estaciones oníricas del reino de Morfeo, cuando de repente, como un heraldo que vino de prisa para entregar un mensaje, fue interrumpido en su calma. Un hombre tocó la puerta de su hogar varias veces y de manera abrupta, trayéndole una impactante noticia.

—¡Eusebio, amigo! ¡Levántate por favor! ¡Tienes que venir a la casa de Nora! —Exclamó el hombre proveniente de la calle, quien se trataba de su amigo y compañero de trabajo Sandro. Eusebio se levantó de la cama raudamente para acudir al llamado, y al abrir la puerta, encontró un rostro tallado por el espanto.

—¿Sandro que pasa? ¿Por qué llegas así a estas horas? —Dijo Eusebio con el rostro abandonado por el descanso y revivido por la preocupación y la adrenalina.

—¡Ven, acompáñame, tienes que venir a la casa de Nora de prisa! No hay que detenerse a dar explicaciones, te las diré por el camino, ¡pero hay que darse prisa!

—Está bien, está bien, déjame ponerme por lo menos algo más presentable…

Eusebio corrió rápido a su habitación y buscó la primera ropa que encontró, se cambió con celeridad para luego ir con Sandro, quien se encontraba con una ansiedad casi incontenible, ya que Eusebio lo sorprendió comiéndose las uñas.

Sandro era un hombre de mediana estatura y contextura normal, con los ojos claros, celestres para hacer exactos, con la piel morena y el cabello castaño. Poseía una quijada que denotaba una particularidad cuando se encontraba preocupado; se le generaban dos hoyuelos en ambos extremos de la barbilla, como si esta parte de su rostro se consumiera.

Eusebio, en cambio, era más alto que Sandro; con cabello gris, ojos cafés, contextura delgada y rostro ancho, su piel era blanca con una tonalidad casi innatural. Tenía una singularidad de la poco hablaba, y era sobre las cicatrices de sus manos; cada vez que alguien osaba comentar sobre ello, Eusebio lo eludía con una mirada indiferente colocando su vista hacia otro lado.

Los dos hombre se encaminaron rápidamente a la casa de Nora y, mientras tanto, Sandro comenzó a relatarle a Eusebio el motivo de porque lo sacó de su casa en medio de la madrugada.

—Bueno Eusebio, esto es lo que pasa. —Dijo Sandro—. La vieja Nora, quien tú sabes, tiene la extraña costumbre de levantarse en las madrugadas para prepararse un té de hierbas, estaba muy tranquila en la cocina, ya eran la una de la mañana y ella colocó la olla con agua en la estufa y se sentó frente a la mesa a esperar. De repente, escuchó un ruido que parecía provenir de una esquina de las paredes, y cuando fijó su mirada en dicho lugar, vio algo que… ¡oh Dios, jamás había visto algo así en mi vida!

—¿Qué vio Sandro? ¡Habla! —Dijo Eusebio abrumado por la intriga.

—Era como una especie de insecto, ¡un saltamontes gigante! Sí, sí, eso era… pero era como de tu tamaño Eusebio y su cuerpo era como una combinación entre humano e insecto. Nora al verlo naturalmente soltó un estruendoso grito, y la criatura al escucharla, dio un brinco desde su posición y casi le caía encima a ella. El hijo de Nora, Fabio; acudió en su ayuda con el rifle de su fallecido padre, y logró dar dos tiros certeros a la bestia; uno en el lomo y el otro en la cabeza. Posteriormente ella me llamó a mí para que la ayudara con aquella situación.

—Dios mío Sandro pero ¿qué estás diciendo? —Dijo Eusebio mirando asombrado y fijamente el rostro de Sandro mientras caminaban. —Qué historia más loca, ¿acaso no has venido ebrio de alguna parte?

—¡No me llames ebrio Eusebio! —Exclamó Sandro. —Sabía que no me creerías, es por eso que te estoy llevando a casa de Nora, para lo que veas con tus propios ojos.

Al llegar ambos hombres a su destino, encontraron a la señora Nora y a su hijo Fabio afuera de la casa; la mujer tenía el rostro pálido, aun poseía vestigios del impacto. Al chico, se le veía más tranquilo, más bien estaba preocupado por el estado de estrés de su madre.

—Qué bueno que has venido profesor Eusebio. —Dijo Nora, quien tomó las manos de su visitante con fuerza como depositando sus esperanzas en él. —Tienes que ir a verlo, no pierdas tiempo hablando conmigo, ya seguro Sandro te habrá contado todo. Por favor, ve, ¡Fabio! Lleva al profesor con la cosa esa.

—Por aquí profesor, venga dese prisa. —Dijo el muchacho tomando del antebrazo al desconcertado Eusebio.

Los tres individuos entraron a la casa y se dirigieron a la cocina con rapidez, y al entrar, en medio de aquel espacio sobre un charco de sangre, se encontraba la criatura que le había relatado Sandro, a la que negaba su existencia. Eusebio colocó sus manos en el pecho, y en modo de reconocimiento al ver a la criatura, dijo palabras perturbadoras que dejaron a los dos testigos con la boca aún más abierta.

—¡No puede ser! ¿Será posible? ¡No habíamos acabado con todos ellos esa noche!

ENGLISH VERSION

The return

It was two o'clock in the morning and Eusebio was sleeping in the comfort of his room. He was immersed in the dreamlike seasons of Morpheus' kingdom, when suddenly, like a herald who came hurriedly to deliver a message, he was interrupted in his calm. A man knocked on the door of his home several times and abruptly, bringing him shocking news.

-Eusebio, my friend! -Get up, please! You have to come to Nora's house! -Claimed the man from the street, who was his friend and co-worker Sandro. Eusebio got out of bed quickly to answer the call, and when he opened the door, he found a face carved by terror.

-What's going on? -Why are you arriving like this at this hour? -said Eusebio, his face abandoned by rest and revived by worry and adrenaline.

-Come with me, you have to come to Nora's house in a hurry! No need to stop and explain, I'll tell you on the way, but you must hurry!

-All right, all right, let me at least put on something more presentable...

Eusebio ran quickly to his room and looked for the first clothes he found, changed quickly and then went to Sandro, who was almost uncontrollably anxious as Eusebio caught him biting his nails.

Sandro was a man of medium height and normal build, with light-coloured eyes, blue to be exact, with brown skin and brown hair. He had a jaw that showed a peculiarity when he was worried; there were two dimples on both ends of his chin, as if this part of his face was wasting away.

Eusebius, on the other hand, was taller than Sandro; he had grey hair, brown eyes, a thin build and a wide face, his skin was white with an almost unnatural hue. He had a singularity of the little he spoke, and it was about the scars on his hands; every time someone dared to comment on it, Eusebius would elude him with an indifferent look and look away.

The two men made their way quickly to Nora's house, and meanwhile Sandro began to tell Eusebio why he took him out of his house in the middle of the night.

-Well Eusebio, this is what happens. -Said Sandro. Old Nora, who you know, has a strange habit of getting up in the early hours of the morning to make herself some herbal tea, was very quiet in the kitchen, it was already one o'clock in the morning and she put the pot of water on the stove and sat down in front of the table to wait. Suddenly she heard a noise that seemed to come from a corner of the walls, and when she looked at that place she saw something that... oh God, I've never seen anything like that in my life!

-What did Sandro see? -Speak up! -said Eusebio, overwhelmed by the intrigue.

-It was like some kind of insect, a giant grasshopper! Yes, yes, that was... but he was about your size, Eusebio, and his body was like a combination of human and insect. Nora saw it and naturally let out a thunderous scream, and the creature heard it and jumped from its position and almost fell on top of it. Nora's son, Fabio, came to her aid with his late father's rifle, and managed to shoot the beast twice straight; one in the back and the other in the head. Later she called me to help her with that situation.

-My God, Sandro, what are you saying? -Said Eusebio, staring in amazement at Sandro's face as they walked. -What a crazy story, didn't you come from somewhere drunk?

-Don't call me a drunkard, Eusebius! -exclaimed Sandro. -I knew you wouldn't believe me, that's why I'm taking you to Nora's, for what you see with your own eyes.

When the two men arrived at their destination, they found Mrs. Nora and her son Fabio outside the house; the woman was pale faced, even possessing traces of the impact. The boy looked calmer, rather worried about his mother's state of stress.

-I'm glad you came, Professor Eusebius. -said Nora, who held her visitor's hands tightly as if she were pinning her hopes on him. -You must go and see him, don't waste time talking to me, I'm sure Sandro will have told you everything. Please go, Fabio! Take the professor with that thing.

-This way, Professor, come quickly. -I'll be right back. -Said the boy, taking the bewildered Eusebio by the forearm.

The three men entered the house and went quickly to the kitchen, and as they entered, in the middle of that space over a pool of blood, there was the creature that Sandro had told him about, to which he denied its existence. Eusebius placed his hands on his chest, and in a way of acknowledging the creature, said disturbing words that left the two witnesses with their mouths open even more.

-It can't be! Is it possible? -We hadn't finished with all of them that night!



0
0
0.000
7 comments
avatar

Wow!! Enhorabuena! excelente relato y buen final... Me quedé imaginando que fue lo que sucedió en el pasado con estas criaturas y lo que pasará después. Soy nueva por hive y me he dado cuenta en estos pocos días que hay demasiado talento aquí...Me encantó! T ambien soy de hacer relatos cortos.

0
0
0.000
avatar

Gracias, es bueno conocer a alguien más que también tiene esa filiación por la literatura. En la siguiente parte venimos con más cosas interesantes. Saludos.

0
0
0.000
avatar

Jaja me gusto mucho el relato, me pareció muy interesante y ya me dejaste intrigado con el final...

caí en la trampa... jajaja espero leer la siguiente parte.

Me llamo la atención que el se negara a creer en la existencia de algo que al final reconoció y dio a entender que ya conocía...
De modo que queda claro que era algo que había ocultado a los demás, la trama empezó bien, de verdad espero la continúes. ¡Saludos!

0
0
0.000
avatar

Y viene con más cosas, pondré a trabajar los dedos a todo dar jajaja. Gracias por leer, saludos.

0
0
0.000