El silencio de la isla | Parte I [ES/EN]

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Joakim Honkasalo | Unsplash


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El silencio de la isla: Parte I

La pronta llegada de un hijo a la familia lo cambiaría todo. Esa fue la razón principal por la que aceptó un trabajo de tiempo completo en una extraña isla que se encontraba al otro lado de la ciudad. La niebla opacaba la vista, y solo podía verse las siluetas de algo desconocido.

Leonardo no dudó ni un segundo, siquiera sospechó de la extraña personalidad del hombre que lo estaría contratando. Erika, su esposa, había escuchado algunos rumores sobre las personas que habitaban la isla. Rumores que señalaban lo sádico que era aquél sujeto junto a quienes tenía en su poder; quizás amenazándolos y evitando que escapen de allí.

—¡No quiero que vayas a ese maldito lugar, quiero que cuides de mí y del hijo que llevo en mi vientre! —Lloraba Erika desconsoladamente mientras ponía las manos en su barriga.

Leonardo salió sin decir ni una palabra, habiendo ya tomado una firme decisión. Se dirigió a un bote que estaba amarrado en un pequeño muelle y se dispuso a viajar acompañado solo de la luz de su farol. El agua parecía estar muy quieta, al igual que todo lo demás. Un silencio acontecía que algo malo podría suceder en cualquier momento. Al otro lado lo esperaba uno de los ayudantes; un anciano que se presentaba como el proveedor.

—Soy el encargado de traer las provisiones, si necesita algo me puede encontrar en aquella dirección —Señalaba hacia una zona boscosa en plena penumbra. Una lámpara de débil luz cobriza prendía y apagaba continuamente.

Y antes de marcharse hacia ese lugar oculto por los ojos de nadie, susurró unas últimas palabras hasta adentrarse en la oscuridad que seguían sus pasos.

—¡Regresa antes de que sea demasiado tarde, o no podrás escapar nunca más de este lugar! —Musitó a Leonardo alertándolo de algo muy malo.

Cuando el anciano se iba perdiendo entre la penumbra notó que de uno de sus pies se arrastraba un grillete sobre el rocoso suelo de la isla.

Las pocas luces que alumbraban la orilla de la isla se apagaron por completo haciendo imposible poder verse incluso a uno mismo. No le quedó más remedio que dirigirse a las escaleras que lo conducían a la mansión y dejar que todo pasara, pensando que solo era su mala percepción respecto al lugar que visitaba. Suponía que el hombre sería lo contrario a lo que se decía en la ciudad, pues él estaba convencido de que no hay que dejarse llevar por los comentarios de otros. Sin embargo, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al estar a solo unos pasos de tocar el timbre de esa mansión, sin saber qué sucedería después.

Una voz grave resonó desde el interior preguntando quién era. El timbre había quedado trabado por la mala posición de la tecla, por lo que un delgado y alto sujeto salió a detener ese sonido chirriante de un golpe directo y bruto. El timbre había dejado de hacer ese ruido intenso, pero había hecho que Leonardo tenga más elementos para saber que había hecho una mala elección al ir a trabajar allí.

Éste hombre parecía ser el mayordomo. Aunque no uno cualquiera, tenía la particularidad de tener un rostro inquietante, con varios cortes en sus mejillas y uno que parecía más reciente en uno de sus ojos. Aún tenía sangre allí, juntada entre sus párpados que apenas podía abrir, quizás por el efecto coagulado e infeccioso que suponía tener esa herida.

—¿Está bien? ¿Qué le sucedió? —Preguntó Leonardo

El mayordomo ignoró la pregunta y solo respondió que lo siga. Apenas Leonardo dio unos pasos a la sala principal de la mansión el mayordomo cerró la puerta con total intención de que nadie entrara ni saliera de allí. Se podía ver que la puerta era de madera maciza y tenía un cerrojo anticuado y trabas de hierro. Cualquiera podría pensar que se trataba de una puerta de tiempo medieval, como así también las ventanas tenían rejas, curiosamente del lado de adentro. Parecía que cada vistazo alrededor producía un detalle espantoso de ver.

Al pasar de sala en sala podían escucharse unos ruidos muy extraños como si se tratara de cadenas. También el ladrido enfurecido de varios perros de gran porte que solo parecían ser detenidos por una delgada puerta que vibraba fuertemente por sus pesados rasguños.

—Tranquilo, no suelen hacer nada. Aunque eso está cambiando, sino mírame a mí. —Se sonreía perversamente el mayordomo. —¡Tranquilo, solo estoy bromeando!

Leonardo se estremeció por completo luego de eso y se encogió de hombros agachando la cabeza, caminando solo hacia la dirección de los pasos del mayordomo esperando a que ese momento terminase de una buena vez.

La puerta se abrió y un hombre estaba sentado en una silla con las piernas en su escritorio. Fumaba un cigarro mientras sostenía la cadena de un gran perro de pelaje negro azabache, mientras que con la otra mano sostenía su vaso de whisky.

—Tu debes ser Leonardo, mi ayudante de reemplazo. Espero que logres lo que el anterior no pudo. Lástima por él, reconozco que era buen pianista, pero es cosa del pasado. —Dijo el propietario con una voz ronca, quizás por sus adicciones.

Buscó en uno de los cajones y sacó unas hojas con texto que no se podía leer a simple vista. Seguramente se tratase de algún tipo de documento que firmar. Leonardo estaría volviendo a caer otra vez en las malas decisiones, esta vez alejándose aún más de Erika.


CONTINUARÁ...


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The silence of the island: Part I

The early arrival of a son in the family would change everything. That was the main reason he took a full-time job on a strange island on the other side of the city. The fog obscured the view, and only the silhouettes of something unknown could be seen.

Leonardo didn't hesitate for a second, he didn't even suspect the strange personality of the man who would be hiring him. Erika, his wife, had heard some rumors about the people who inhabited the island. Rumors that pointed out how sadistic this guy was with those he had in his power; perhaps threatening them and preventing them from escaping from there.

—I don't want you to go to that damn place, I want you to take care of me and the child I carry in my womb! —Erika cried disconsolately while putting her hands on her belly.

Leonardo left without saying a word, having already made a firm decision. He went to a boat that was moored at a small dock and set out accompanied only by the light of his lantern. The water seemed to be very still, as was everything else. There was a silence that something bad could happen at any moment. On the other side, one of the helpers was waiting for him; an old man who introduced himself as the supplier.

—I am in charge of bringing the supplies, if you need anything you can find me in that direction —He pointed towards a wooded area in full darkness. A lamp with a weak coppery light turned on and off continuously.

And before leaving towards that place hidden by the eyes of no one, he whispered a few last words until he entered the darkness that followed his steps.

—Come back before it's too late, or you'll never be able to escape from this place again! —He whispered to Leonardo, alerting him of something very bad.

When the old man was getting lost in the darkness, he noticed that one of his feet was dragging a shackle on the rocky floor of the island.

The few lights that illuminated the shore of the island were completely extinguished making it impossible to see even oneself. He had no choice but to head for the stairs leading up to the mansion and let it all pass, thinking it was just his misperception of the place he was visiting. He supposed that the man would be the opposite of what was being said in town, as he was convinced that one should not be swayed by the comments of others. However, he felt a shiver run through his body as he was only a few steps away from ringing the doorbell of that mansion, not knowing what would happen next.

A deep voice echoed from inside asking who it was. The doorbell had been stuck due to the bad position of the key, so a thin and tall guy came out to stop that creaking sound with a direct and rough blow. The doorbell had stopped making that intense noise, but it had made Leonardo have more elements to know that he had made a bad choice in going to work there.

This man seemed to be the butler. Although not just any one, he had the particularity of having a disturbing face, with several cuts on his cheeks and one that seemed more recent on one of his eyes. He still had blood there, pooled between his eyelids that he could barely open, perhaps because of the coagulated and infectious effect of the wound.

—Is he all right? What happened to him? —Asked Leonardo.

The butler ignored the question and only answered to follow him. As soon as Leonardo took a few steps into the main room of the mansion the butler closed the door with full intention that no one would enter or leave. It could be seen that the door was made of solid wood and had an old-fashioned bolt and iron locks. Anyone would think that it was a door from medieval times, as well as the windows had bars, curiously on the inside. It seemed that every glance around produced a gruesome detail to see.

As you passed from room to room you could hear some very strange noises as if they were chains. Also the enraged barking of several large dogs that only seemed to be stopped by a thin door that vibrated loudly from its heavy scratching.

—Quiet, they don't usually do anything. Although that's changing, but look at me. —The butler smiled wickedly. —Relax, I'm just kidding!

Leonardo shuddered completely after that and shrugged his shoulders ducking his head, walking only towards the direction of the butler's footsteps waiting for that moment to be over for good.

The door opened and a man was sitting in a chair with his legs up on his desk. He was smoking a cigar while holding the chain of a large jet black furred dog, while with the other hand he held his glass of whiskey.

—You must be Leonardo, my replacement assistant. I hope you accomplish what the previous one could not. Too bad for him, I admit he was a good pianist, but he is a thing of the past. —Said the owner with a hoarse voice, perhaps because of his addictions.

He looked in one of the drawers and took out some sheets of paper with text that could not be read with the naked eye. It was probably some kind of document to sign. Leonardo would be falling into bad decisions again, this time moving even further away from Erika.


TO BE CONTINUED...

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Detrás de todo silencio está la manifestación del terror.
Detrás del terror; siempre el fin es el silencio
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Hola, ta'güeno, esperaré la segunda parte, mis mejores deseos.
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Hola, muchas gracias. Espero que la segunda parte sea más intensa 😊.

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Hola Victoria, esta historia fue especialmente espeluznante para disfrutarla al máximo, sobre todo por la premonición de la esposa que sabía las cosas oscuras que albergaba esa isla, me encanto la descripción del proveedor en el bosque advirtiendo mientras arrastraba el grillete en su pierna. Gracias por compartir tu relato en los espacios de Writing Club.

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Ha sido todo un placer compartirlo aquí como también su lectura. Espero poder hacer el mejor trabajo en la segunda parte; agradezco mucho el comentario tan atento.

Tengo algunas ideas muy interesantes para la segunda parte, la idea es no dejar nada y explorar cada detalle que entregue sensaciones únicas. Terror, horror, una sutil acción serán los condimentos que elegiré para este relato.

Un gran saludo y que tenga buena noche 😊.

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Excelente historia.
Se puede sentir la oscuridad y el suspenso, creo que los siguientes capítulos serán más escalofriantes y oscuros. Atento a tu historia.
Gracias por compartir.
Excelente noche.

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Sin duda alguna que se intentará que así sea.
Gracias por comentar, no había visto la notificación de tu comentario.

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Muchísimas gracias por el apoyo 😊.

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La presentación de los detalles en cada situación ubican al lector en contexto, viviendo en cada palabra la terrorífica historia, propia del estilo #Kyteler.

Estaré atento a esa(s) siguiente(s) parte(s), para disfrutar de una buena historia, narrada impecablemente como solo tú sabes hacer.

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Muchas gracias hermano Kyteler. Aún no determiné cuantas partes serán exactamente, pues quiero abarcar todo tipo de sensaciones durante la trama, por lo que quizás no entren en solo dos. Veamos que sucede. Lo que sí intentaré mantener e incrementar los sentidos hacia el lector. Un saludo 💜.

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