MOVIE REVIEW: “Gran Turismo” (2023)

Synopsis: Jann Mardenborough is a young man from humble origins, but who has an ambitious dream: to be a famous racing driver. Addicted to the Gran Turismo franchise, he is a regular simulator player and sees an opportunity to make his dream come true thanks to an unexpected project.

Movies based on true stories that use only the trigger of their main event to create a script full of new elements are always even more risky projects than those pre-shaped projects, because they do not have a kind of “playbook” to be followed. Creative freedom gains more space, and with this, the script can fly higher to create situations that favor (or not) the narrative development of the arcs presented. Fortunately, this decision works very well here, because the saga of a young dreamer is full of good moments.

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It's not an impeccable project, but the plot is very witty because it manages to create inspiring scenes based on real events in its own way. The rise of a young black man living in the suburbs with a more “refined” atmosphere to the beginning of an extremely promising career in the automobile world has a very solid and captivating approach. Although the beginning of the movie (more precisely in the first half hour of everything) is practically a large piece of merchandising to promote products, everything gets considerably better later on.

The simulator driver is being transformed into a professional racing driver through a project created by the company that created the original game, and within the GT Academy, Mardenborough and the other competitors fight for first place to become the “lab rat”. of this unprecedented experiment in the history of this universe. There is widespread discredit on the part of competitors outside the project, and this argument ends up becoming one of the script's main keys to sustaining the plot, and bringing moments of loyal tension to emulate great dramas.

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From family conflicts, tragic accidents and prejudice from opponents and even within the team itself, the protagonist needs to overcome countless obstacles to finally reach the finish line, and make his dreams the reality he always dreamed of. The way the script works with each of these conflicts tends to be simplistic at times, but this does not take away the credibility of the particular sense of urgency of each situation. The movie is not focused on drama, but it manages to be very skillful in using these subplots to enhance its full strength.

Created in 1997 by Kazunori Yamauchi, the game is considered one of the main and most faithful references within games that simulate real-life racing. From the design of the cars to the racing tracks, everything is done with an extreme amount of detail (and as a former player of this game, I can say that this is really true) and this is replicated in the best possible ways within the movie. Everything seems so real and also so accessible, that honestly, it's practically impossible not to dive into the plot and root for the protagonist's success amidst all the chaos.

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Starring Archie Madekwe (who, incidentally, does a very good job building a determined character, but at the same time has his most complex layers), the movie is very assertive in what it sets out to do and gives the audience a story of ascension in search of realizing a dream with precise levels of reality, not only in the technical part (which is absurdly incredible, with a more than evident emphasis on the soundtrack, sound editing and special effects), but also with a pioneering diversification on their narrative arcs.

Other names worth mentioning in the cast are David Harbour (playing a former pilot who develops a touching bond of friendship with the protagonist, becoming one of the best characters in the entire movie), Orlando Bloom (giving life to a public relations dubious loyalty who is responsible for publicizing the project), and Djimon Hounsou (who plays the protagonist's father). The division in screen time and the weight of the situations in which they are part are disproportionate, but everything is in accordance with the weight that the plot needs to have to have the necessary effect.

Polygon

Neill Blomkamp is in the director's chair, and delivers one of his best works yet. I really liked what he managed to do, the creative control he had when filming some scenes (especially those involving the races, always with very high levels of tension, as well as great precision in the richness of the details). Gran Turismo is really a very interesting movie, effective in what it tells the public, very dynamic and deserves recognition, especially if you are a fan of this sport that exudes a lot of adrenaline. Extreme quality entertainment.

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CRÍTICA DE PELÍCULA: “Gran Turismo” (2023)

Sinopsis: Jann Mardenborough es un joven de origen humilde, pero que tiene un sueño ambicioso: ser un famoso piloto de carreras. Adicto a la franquicia Gran Turismo, es un jugador habitual de simuladores y ve la oportunidad de hacer realidad su sueño gracias a un proyecto inesperado.

Las películas basadas en historias reales que utilizan sólo el detonante de su evento principal para crear un guión lleno de nuevos elementos son siempre proyectos incluso más arriesgados que aquellos proyectos preformados, porque no tienen una especie de “libro de jugadas” a seguir. La libertad creativa gana más espacio, y con ello el guión puede volar más alto para crear situaciones que favorezcan (o no) el desarrollo narrativo de los arcos presentados. Afortunadamente, esta decisión funciona muy bien aquí, porque la saga de un joven soñador está llena de buenos momentos.

No es un proyecto impecable, pero la trama es muy ingeniosa porque logra crear a su manera escenas inspiradoras basadas en hechos reales. El ascenso de un joven negro que vive en los suburbios con un ambiente más “refinado” al comienzo de una carrera muy prometedora en el mundo del automóvil tiene un planteamiento muy sólido y cautivador. Aunque el comienzo de la película (más precisamente en la primera media hora de todo) es prácticamente un gran merchandising para promocionar productos, todo mejora considerablemente más adelante.

El piloto del simulador se está transformando en un piloto de carreras profesional a través de un proyecto creado por la empresa que creó el juego original, y dentro de la GT Academy, Mardenborough y los demás competidores luchan por el primer lugar para convertirse en la “rata de laboratorio” de este juego sin precedentes. experimento en la historia de este universo. Existe un descrédito generalizado por parte de los competidores ajenos al proyecto, y este argumento acaba convirtiéndose en una de las principales claves del guión para sostener la trama, y trayendo momentos de tensión fiel para emular grandes dramas.

Desde conflictos familiares, trágicos accidentes y prejuicios de los oponentes e incluso dentro del propio equipo, el protagonista necesita superar innumerables obstáculos para finalmente llegar a la meta y hacer de sus sueños la realidad que siempre soñó. La forma en que el guión trabaja con cada uno de estos conflictos tiende a ser simplista en ocasiones, pero esto no quita credibilidad al particular sentido de urgencia de cada situación. La película no se centra en el drama, pero logra ser muy hábil en el uso de estas subtramas para potenciar toda su fuerza.

Creado en 1997 por Kazunori Yamauchi, el juego es considerado uno de los principales y más fieles referentes dentro de los juegos que simulan carreras de la vida real. Desde el diseño de los coches hasta las pistas de carreras, todo está hecho con una cantidad extrema de detalles (y como ex jugador de este juego, puedo decir que esto es realmente cierto) y esto se replica de la mejor manera posible dentro del juego. película. Todo parece tan real y también tan accesible, que sinceramente, es prácticamente imposible no sumergirse en la trama y buscar el éxito del protagonista en medio de todo el caos.

Protagonizada por Archie Madekwe (quien, por cierto, hace un muy buen trabajo construyendo un personaje determinado, pero al mismo tiempo tiene sus capas más complejas), la película es muy asertiva en lo que se propone hacer y ofrece al público una história de ascensión. en busca de hacer realidad un sueño con niveles precisos de realidad, no sólo en la parte técnica (que resulta absurdamente increíble, con un énfasis más que evidente en la banda sonora, edición de sonido y efectos especiales), sino también con una diversificación pionera en su narrativa. arcos.

Otros nombres dignos de mención en el reparto son David Harbour (interpretando a un ex piloto que desarrolla un conmovedor vínculo de amistad con el protagonista, convirtiéndose en uno de los mejores personajes de toda la película), Orlando Bloom (dando vida a un relaciones públicas de dudosa lealtad que se encarga de dar a conocer el proyecto), y Djimon Hounsou (que interpreta al padre del protagonista). La división del tiempo en pantalla y el peso de las situaciones en las que intervienen son desproporcionados, pero todo está acorde con el peso que debe tener la trama para tener el efecto necesario.

Neill Blomkamp ocupa el puesto de director y ofrece uno de sus mejores trabajos hasta el momento. Me gustó mucho lo que logró hacer, el control creativo que tuvo a la hora de filmar algunas escenas (especialmente las de carreras, siempre con niveles de tensión muy altos, además de una gran precisión en la riqueza de los detalles). Gran Turismo es realmente una película muy interesante, ágil en lo que le cuenta al público, muy dinámica y merece un reconocimiento, sobre todo si eres fanático de este deporte que desprende mucha adrenalina. Entretenimiento de extrema calidad.

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CRÍTICA DE FILME - “Gran Turismo: De Jogador a Corredor” (2023)

Sinopse: Jann Mardenborough é um jovem de origem humilde, mas que tem o sonho ambicioso: ser um famoso piloto de corrida. Viciado na franquia Gran Turismo, ele é um assíduo jogador através de um simulador e vê uma oportunidade de tornar o seu sonho em realidade graças a um projeto inesperado.

Filmes baseados em histórias reais que usam apenas o estopim do seu acontecimento principal para criar um roteiro repleto de elementos novos são sempre projetos ainda mais arriscados do que aqueles projetos pré-moldados, porque eles não têm uma espécie de “cartilha” para ser seguida. A liberdade criativa ganha mais espaço, e com isso, o roteiro pode voar mais alto para criar situações que favoreçam (ou não) o desenvolvimento narrativo dos arcos apresentados. Felizmente, essa decisão funciona muito bem aqui, porque a saga de um jovem sonhador é repleta de bons momentos.

Não se trata de um projeto irretocável, mas a trama é muito espirituosa porque ela consegue criar cenas inspiradoras com base em acontecimentos reais à sua própria maneira. A ascensão de um jovem negro e morador de periferia com uma atmosfera mais “refinada” até o início de uma carreira extremamente promissora no mundo automobilístico tem uma abordagem muito sólida e cativante. Embora o início do filme (mais precisamente à primeira meia-hora de tudo) seja praticamente uma grande peça merchandising para promover produtos, tudo melhor consideravelmente adiante.

O piloto de simulador vai sendo transformado em um piloto de corrida profissional através de um projeto criado pela própria empresa criadora do jogo original, e dentro da Academia GT, Mardenborough e os outros competidores brigam pelo primeiro lugar para se tornarem o “rato de laboratório” desse experimento inédito na história desse universo. Um descrédito generalizado acontece por parte dos concorrentes fora do projeto, e esse argumento acaba tornando uma das principais chaves do roteiro para sustentar a trama, e trazer momentos de tensão leais para emular ótimos dramas.

Desde os conflitos familiares, trágicos acidentes e preconceito dos adversários e até mesmo dentro da própria equipe, o protagonista precisa superar inúmeros obstáculos para finalmente conseguir cruzar à sua linha de chegada, e tornar os seus sonhos na realidade que ele sempre sonhou. O modo como o roteiro trabalha cada um desses conflitos tende a ser simplista em alguns momentos, mas isso não tira a credibilidade do senso de urgência particular de cada situação. O filme não é focado no drama, mas consegue ser muito hábil ao usar essas subtramas para aprimorar toda à sua força.

Criado em 1997 por Kazunori Yamauchi, o jogo é tido como uma das principais e mais fiéis referências dentro de jogos que simulam corridas na vida real. Desde o design dos carros até às pistas de corridas, tudo é feito com uma extrema riqueza de detalhes (e como ex-jogador deste jogo, eu posso dizer que isso é realmente verdade) e isso é replicado das melhores maneiras possíveis dentro do filme. Tudo parece ser tão real e também tão acessível, que sinceramente, é praticamente impossível não mergulhar dentro da trama e torcer pelo sucesso do protagonista em meio a todo o caos.

Protagonizado por Archie Madekwe (que aliás, faz um trabalho muito bom construindo um personagem determinado, mas que ao mesmo tempo tem às suas camadas mais complexas), o filme é muito assertivo no que se propõe a fazer e entrega ao público uma história de ascensão em busca da realização de um sonho com níveis precisos de realidade, não apenas na parte técnica (que é absurdamente incrível, com um destaque mais do que evidente para trilha sonora, edição de sons e efeitos especiais), mas também com uma diversificação desbravadora sobre os seus arcos narrativos.

Outros nomes que merecem ser citados no elenco são David Harbour (interpretando um ex-piloto que desenvolve um laço de amizade comovente com o protagonista, se tornando um dos melhores personagens de todo o filme), Orlando Bloom (dando vida a um relações públicas de lealdade duvidosa que é responsável por divulgar o projeto), e o Djimon Hounsou (que interpreta o pai do protagonista). A divisão no tempo de tela e o peso das situações nas quais eles fazem parte são desproporcionais, mas tudo está de acordo com o peso que a trama precisa ter para surtir o efeito necessário.

Neill Blomkamp está na cadeira de diretor, e entrega um dos seus melhores trabalhos até então. Eu gostei bastante do que ele conseguiu fazer, do controle criativo que ele teve para filmar algumas cenas (principalmente as que envolvem as corridas, sempre com níveis muitos altos de tensão, além de muita precisão na riqueza dos detalhes). Gran Turismo: De Jogador a Corredor é realmente um filme muito interessante, ágil no que contar ao público, muito dinâmico e que merece reconhecimento, principalmente se você for um fã desta modalidade esportiva que exala bastante adrenalina. Entretenimento de extrema qualidade.