¿Te ha pasado que eres muy bueno con algunas personas, pero estas no valoran ni un poco tu esfuerzo? Muchas veces ni siquiera lo agradecen.

Ser bueno y solidario es algo positivo que puede atraer cosas muy buenas a nuestras vidas, sin embargo, muchas veces sucede que ayudamos a personas un tanto ingratas. Aclaro que no hablo mal de nadie, de hecho, estoy por aclarar el siguiente punto: Todos los seres humanos crecemos con distintas bases morales, a algunos, se nos enseña el valor de la solidaridad y la empatía, otros crecen con otro tipo de valores en los cuales no está muy presente el compartir, pero tal vez si tengan presentes otro tipo de virtudes. Esto es una cuestión de educación y no una cuestión personal, o algo que este mal en una persona, simplemente es su código y no quiero decir que aquellos que ayudamos y no agradecen sean malos.

Ahora bien, por lo menos en mi caso, he sido atento muchas veces y he sentido un mero interés en muchas ocasiones. Soy humano, y aveces tendía a molestarme con esas personas, pero luego, analizando un poco, me he dado cuenta de que el único responsable de eso era yo. La decisión de ayudar la toma uno mismo, casi nunca pasa personas acuden a ti realmente, muy rara vez lo hacen, y aunque así fuera, al final el que da el paso para dar su tiempo para otros no es más nadie que uno mismo. Entonces, tomando en cuenta esto, yo sería el responsable de que muchas veces sea utilizado, fue una decisión propia. Pero ahora, la mejor posición que debería asumir, y que como consejo le daría a cualquiera y que ahora que lo pienso es más que obvio, es dar en la medida en la que a uno de le dan.

Claro, dar en la medida en que uno le dan es algo difícil de calcular en un primer instante, siempre nos damos cuenta de que hemos dado demasiado ya cuando el bien está hecho y no hay retribución, pero creo que la pasión por ayudar puede ser medida en primera instancia. Pero es difícil, porque alguien debe dar el primer paso de solidaridad para ver si realmente hay una armonía de hermandad. Pero bueno, como conclusión y análisis final, debo confesar que si, me he sentido bastante mal, con mucha ira y frustración por haberle entregado mi tiempo (siendo decisión mía) a personas que solo usaron mi buena disposición.

Creo que el decidir no ayudar más al prójimo es una posición incorrecta, he conocido muchas personas que han asumido esto porque les ha pasado lo mismo. Creo que hay que tener madurez y observación antes de darle la mano a alguien, o tal vez, dar la mano en una primera instancia, ver si esta persona es igual de solidaria, observar esto y poner límites si es una realización de explotación; porque hay que ser sinceros amigos, la vida es un toma y dame, porque si no, estaríamos desgastandonos y frustrandonos al darnos cuenta de que todo lo que hemos dado no tiene ningún tipo de retribución, y eso aplica a uno mismo. Si nos han ayudado alguna vez , deberíamos tener el deber de ayudar a aquellos que nos ayudaron.

Dar sin recibir nada a cambio es algo hermoso que podemos hacer una o dos veces con las mismas personas, pero hasta las filosofías más antiguas dicen que esto solo seria, como mencioné anteriormente, una relación de explotación de nuestros recursos y virtudes como humanos. Dar de forma desinteresada es algo que debemos aplicar muchas veces, pero cuando ya tienes una relación de amistad, con un familiar o una pareja y empiezas a ayudar sin que te ayuden a ti, notarás rápidamente el desgaste mental, físico y emocional en ti.

La bondad y la maldad trabajan en conjunto para formar un equilibrio, la destrucción y la creación son solo dos caras de la misma moneda. Los seres humanos no somos completamente buenos ni completamente malos, a veces, muchas quieren jugar el papel de ser completamente buenos o completamente malos , asumir estos dos extremos trae sufrimiento y frustración. Debemos ser comedidos al querer ser muy benevolentes, debemos ser selectivos con quiénes somos amables, creeme, no todos merecen tu luz. Como dije, tampoco creo que sea el camino abandonar el ser solidarios, hay que seguir siéndolo, pero de una forma más consciente, para que esa llama no se extinga, hay que seguir compartiendo, pero saber con quién hacerlo.

Creo que acabo de entrar en un dilema filosófico, porque en la Biblia y en muchas escrituras dicen que hay que hacer el bien y mirar a quien, pero como dije, esto tal vez lo podríamos hacer una o dos veces, pero entregar su vida totalmente a los demás es perjudicial para uno mismo. Sin embargo, la vida siempre nos retribuye lo bueno que hacemos de alguna u otra manera, tal vez nos con los que ayudamos pero tal vez si en otros aspectos. Como sea, solo quería desahogarme un poco. Tú que opinas al respecto?