Vendedor de naranja [ESP/ENG]

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(Edited)


Español





Fuente

“Hace muchos años vi a un jovencito limpiando parabrisas en un semáforo. Yo iba en mi bicicleta vendiendo naranjas y me llamó la atención ver a un niño tan pequeño corriendo entre tantos autos, que pasaban tan rápido en aquella avenida. El niño no veía el peligro al que se estaba sometiendo, saltando de auto en auto para poder llegar a la acera y ponerse a salvo, cuando el semáforo estaba en verde y los conductores aceleraban, sin mirar a quien tenían adelante.

Siempre detenía mi bicicleta en esa esquina, no porque vendiera más ahí, sino porque me gustaba ver que el niño estuviera bien, a salvo. A veces los autos lo golpeaban y ni siquiera se detenían para ayudarlo, en otras ocasiones los mismos choferes lo empujaban y se iban. Pero él seguía ahí, trabajando arduamente todos los días…

En cierta ocasión, me le acerqué y le ofrecí una naranja a cambio de que limpiara los espejos de mi bicicleta. Él aceptó y nos sentamos a comer naranjas en la acera.

“¿Cómo te llamas?” Le pregunté. “Raúl” me contestó.
Entre otras cosas, el jovencito me contó había estado trabajando allí desde que su abuela se enfermó y murió. Según me dijo, su mamá se había ido a trabajar a otro país y más nunca supo de ella, solo por videos que le mostraban otros niños de su mamá, bailando de fiesta en fiesta, con otros papás y otros hermanitos.
No supe que decirle, pero le dije que le regalaría una naranja todos los días, por haberme limpiado los espejos de la bibicleta…

En esos tiempos estaba viejo, mi esposa había muerto de cáncer y mis hijos se habían independizado, estaba solo. Decidí ayudar al niño, fui a visitarlo a su casa y me di cuenta de la mala situación en la que estaba. En compañía de algunos conocidos del estado, obtuve su custodia. Hoy en día no me arrepiento de haberlo ayudado, me ha dado muchos dolores de cabeza en mi vejez, ha hecho que pase noches sin dormir, preguntándome en donde está; una vez tuve que ir a sacarlo de la cárcel, pero al final el muchacho tomó el buen camino…

Espero poder llegar a su graduación, vendí muchas naranjas para que pudiera cumplir sus sueños…”

Este fue el discurso que leyó un joven en su graduación, cuando obtuvo su título universitario. Para cerrar su discurso dijo lo siguiente:

“No den tanta importancia al título que estamos recibiendo hoy. Al final, es solo un papel que les permitirá tener un empleo de paga modesta. No sean como ingenieros, médicos o abogados, sean más como vendedores de naranjas, porque si no fuese por ese vendedor de naranjas, yo no estaría aquí…”



Bien amigos, esto ha sido todo por ahora. Espero que mi publicación les haya gustado. Los invito a dejar sus opiniones sobre este relato, ya que siempre se valoran cuando se trata de este tipo de escritos, como siempre estaré encantado de leerlos.

Sin más que agregar, me despido entonces...

¡Hasta la próxima!





English




Fuente

"Many years ago I saw a young boy cleaning windshields at a traffic light. I was riding my bicycle selling oranges and it caught my attention to see such a little boy running between so many cars, which were passing so fast on that avenue. The child did not see the danger he was in, jumping from car to car in order to reach the sidewalk and get to safety, when the traffic light was green and the drivers were accelerating, without looking at who was in front of them.

I always stopped my bike at that corner, not because I sold more there, but because I liked to see that the boy was okay, safe. Sometimes the cars would hit him and not even stop to help him, sometimes the drivers themselves would push him and leave. But he was still there, working hard every day....

On one occasion, I approached him and offered him an orange in exchange for cleaning the mirrors on my bicycle. He accepted and we sat eating oranges on the sidewalk.

"What's your name?" I asked him, "Raul" he replied.
Among other things, the young boy told me he had been working there since his grandmother got sick and died. According to what he told me, his mother had gone to work in another country and he never heard from her again, only through videos that showed him other children of his mother, dancing from party to party, with other parents and other siblings.
I didn't know what to tell her, but I told her that I would give her an orange every day, for cleaning my mirrors....

At that time I was old, my wife had died of cancer and my children had become independent, I was alone. I decided to help the boy, I went to visit him at home and I realized the bad situation he was in. In the company of some acquaintances from the state, I obtained custody of him. Today I don't regret helping him, he has given me many headaches in my old age, he has made me spend sleepless nights, wondering where he is; once I had to go to get him out of jail, but in the end the boy took the right path....

I hope I can make it to his graduation, I sold a lot of oranges so he could fulfill his dreams..."

This was the speech read by a young man at his graduation, when he got his college degree. To close his speech he said the following:

"Don't give so much importance to the degree we are receiving today. In the end, it is just a piece of paper that will allow you to have a modest paying job. Don't be like engineers, doctors or lawyers, be more like orange sellers, because if it weren't for that orange seller, I wouldn't be here..."



Well friends, that's all for now. I hope you liked my publication. I invite you to leave your opinions about this story, as they are always valued when it comes to this kind of writings, as I will always be happy to read them.

With nothing more to add, I'll say goodbye then...

See you next time!



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Que bellaza de escrito, la verdad me toco el corazon. Ojala que hubiesen tantas personas con esa calidez humana, eso Dios lo premia y mira como lo hizo, gracias a esa persona ese muchacho logro surgir, y el señor que lo crio creeme que esta en el cielo.

Gracias por compartir tan lindo escrito. Abrazos y mil bendiciones para ti @gaboamc2393

!PIZZA

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Gracias daya por tus palabras. Por mas vendedores de naranjas.

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¡Cuán bella, tierna y sentida historia existencial! Fue un acto muy significativo y de gratos resultados y un discurso elocuente.

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Gracias amigo, que bueno que haya valorado mi contenido con estas palabras.

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Una historia sobre el amor vestido de Naranja, sobre la bondad y la compasión a manos llenas. Me encantó el cierre del discurso, un mensaje contundente que invita a sopesar lo que realmente tiene valor en nuestras vidas.
Saludos de corazón 💙🙏🏽

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Muchas personas a veces no tienen presente que cosas son las que tienen un valor real, así que quise mostrar que hay algunas cosas que uno a veces deja olvidadas pero que son muy importantes para que la sociedad pueda crecer.

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Así es, genial poder leer historias que enriquecen. Fomentar lo esencial, lo que nos hace humanos, es sumamente vital en estos tiempos de tanta confusión y egoísmo; y pasa tan desapercibido, como el mismo presente que se desvanece en cada aliento. Gracias por compartir tu motivación 🙏🏽💙🙏🏽

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@gaboamc2393 tu historia me hizo emocionar un poco, es hermosa, sinceramente el mundo fuera mejor con personas como el vendedor de naranjas. Te felicito.

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Gracias Kare, aprecio que te tonaras el tiempo de leerme y comentar

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Un buen gesto del señor de las naranjas a este niño, fue como un padre para él aplicando el dicho: "Padre no es el que engendra sino el que cría"

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Así amigo mío, ciertamente esas palabras son muy ciertas y en el relato de dejan reflejadas

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