Si consideramos aunque sea un poco la historia del ser humano desde su aparición en el mundo, desde cuando hay registro al menos, nos asombramos todo lo que ha evolucionado, desde todo punto de vista, no sólo desde el físico sino también el psicológico, el espiritual, el social, etc.

No me voy a detener en la reflexión del evolucionismo, impulsado de manera considerable por Charles Darwin con sus teorías, como la de la supervivencia del más fuerte y la de la adaptación. Más bien, quiero enfocarme en considerar al ser humano como alguien que está recreándose a cada momento, como un ser en evolución continua.

Quiero ilustrar esto con la teoría del acto y la potencia de Aristóteles, según la cual todo ser es y tiene unas características particulares en determinado momento (Acto), pero también puede llegar a ser de determinada forma y adquirir otras características particulares (Potencia).

Toda nuestra vida es, pues, un acto y potencia continua, en el sentido, de que lo que somos hoy no nos determina en aquello que podemos lograr mañana, siempre tenemos potencialidades a descubrir, explorar y manifestar en nosotros.

Tal vez en algún momento, por ejemplo, hemos pensado que ya hemos llegado al tope de nuestra vida, que ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer, luego caemos en cuenta que no es así, no somos un producto final, sino que siempre podemos mejorar.

• No ponernos límites. Se escucha con frecuencia que el cielo es el límite, a mí me gusta más decirme que no hay límites, sino que esos me los pongo yo. Esto me ayuda a dar siempre más de mí, y sorprenderme de hasta donde puedo llegar, cada vez más lejos si así me lo permito.

• No hay nada imposible. La palabra potencia está estrechamente ligada con la de poder, es decir, todo aquello que podemos lograr. Siempre me digo, entonces, que todo está en la voluntad que pongo en las cosas, en esa misma medida veré los resultados.

• Siempre avanzar. "Patear hacia adelante" me gusta decir, ya que en la vida humana si no se avanza, tal vez no se retroceda pero uno se estanca y los músculos - no sólo físicos - se atrofian, lo cual si nos deja paralizados, no nos va a permitir, como también escuchamos con frecuencia, "mostrar la mejor versión de nosotros."

Muchas gracias por haberme acompañado en la lectura de este post, espero tus comentarios y que nos podamos volver a encontrar en una próxima publicación, hasta luego.