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Hoy cuando desperté, lo hice pensando en ella, y acudió a mi memoria esa graciosa frase de Mi mol, que ha usado para mí desde cuando fuimos compañeros de trabajo en la escuela básica Simón Bolívar allá por 1996, y era docente de difusión cultural, motivo que nos hacía estar y andar juntos mucho tiempo, de lunes a viernes.
Cultura y música de la mano. Exquisita dibujante. ¿Su nombre? Nelly López.
Luego empezamos a emplear variantes como mi mole, mi molecín, mi molecito y hasta mi molecitico. Todo eso para tratarnos de mi amor.
Un cariño grande, producto de una amistad bonita y limpia, siempre fue nuestra comunicación, y en la actualidad, estando ambos jubilados, ya no somos tan muchachos, pero cuando nos hallamos en la calle, lanzamos nuestro saludo:
—¡¡¡Mi mooooooooool!!!
O:
—¡¡¡Mi molecitooooooooooooooooo!!!
Son bellas y sencillas experiencias de la vida que Dios nos concede.