Bitácora personal 10062020: El arte de nadar entre cuchillos

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No soy de escribir de política, la política implica confrontación, que no es lo mismo que debate, y mi naturaleza le huye a la confrontación, así como a otros puede atraerles. Pero si gusto de estar al menos medianamente informado, y ello implica estar al tanto de la política, porque nos guste o no, es el escenario en el que se toman las grandes decisiones que configuran el escenario de nuestra vida diaria.

En México hace un par de años se dio un cambio importante, un cambio de régimen. Pasamos de un duopartidismo que en las últimas décadas ahondo más, e incluso sepultó, la reputación de una manera de gobernar de tres cuartos de siglo, y dio oportunidad a una nueva opción, una de izquierda con un partido nuevo y un presidente con una enfoque totalmente diferente a lo visto hasta el momento.

La oposición, dos años después no logra recuperarse. Está totalmente desarticulada, sin presencia, sin voz y sin credibilidad. Literalmente la escena política nacional ha tenido un reboot, y no se ve cual será el nuevo sistema operativo que tendrá de ahora en adelante, pero actualmente tiene a un único protagonista, el actual presidente.

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El cambio que ha implicado, y está implicando, la nueva manera de gobernar del presidente, ha tenido entre sus consecuencias una polarización de la sociedad en su conjunto, entre quienes apoyan incondicionalmente al presidente, y entre quienes lo denostan cada vez de manera más abierta.

Esta polarización es alentada desafortundamente tanto por el presidente como por los que el llama sus adversarios, y la animadversión de ambas posturas, a favor o en contra del presidente y sus acciones, no pocas veces raya en el fanatismo.

Más tarda uno en expresar una opinión a favor o en contra del presidente o alguna de sus acciones, que en recibir por redes sociales un alud de comentarios negativos, muchas veces descalificatorios.

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Esta polarización se ha vuelto una constante y no considero que sea positiva. De repente hemos pasado de un mundo a todo color, con todos sus matices a uno en blanco y negro, donde incluso los grises han desaparecido y todo se ve de manera reduccionista en extremo: o estás comigo o estas contra mí.

Si uno analiza objetivamente las posturas de ambas partes, ninguna está libre de errores, ni exenta de aciertos. Pero pareciera que hemos perdido como sociedad, y como país, la capacidad de darnos cuenta de eso y aprovechar lo mejor de ambos bandos para lograr un mejor país para todos.

Los temas sobre los que giran estas posturas no son fáciles, eso es cierto, pero la lectura de quien escribe es que no hay voluntad de las partes para dialogar de manera sana, sino más bien un interés en descalificar al otro.

Poco a poco expresar tu punto de vista se ha ido volviendo algo cada vez más peligroso, o en el mejor de los casos, algo pesado o engorroso, al tener que soportar las descalificaciones, casi siempre sin fundamento, de los otros.

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La falta de objetividad, la muerte o estado de coma en que se encuentra la capacidad de análisis, y el hartazgo de la población son hoy día grandes protagonistas, pero si los pronósticos son ciertos, y todo parece indicar que lo son, y tenemos por delante una inminente crisis económica a raíz de la pandemia del coronavirus, se sumarán a ellas la necesidad y la angustia de una población por su día a día, y en no pocos casos por su sobrevivencia.

Vivimos un tiempo de cuchillos cada vez más afilados que toman la forma de palabras, actitudes y acciones que buscan sumar a su postura de manera incondicional, y defendarla de la otra, aunque no la comprendan, y este escenario, este mar en que todos somos peces de un enorme cardumen, es uno cada vez más peligroso, que de seguir por el camino que lleva, no augura nada bueno.

Este post no persigue tomar postura, ni causar polémica, simplemente expresar la preocupación de un servidor por una situación que no es exclusiva de México, y que a raíz de todas las implicaciones económicas que trae bajo el brazo el coronavirus, se ha hecho cada vez más evidente, en varios países de nuestro continente.

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No nos queda más remedio que ejercer el arte de nadar en este mar de cuchillos tratando de estar cada vez más y mejor informados, y teniendo un criterio amplio, una renovada capacidad de análisis, debate y si hace falta, incluso de confrontación, porque en el peor de los casos, puede que nos haga falta, ojalá y no lleguemos a tanto.


©bonzopoe, 2020.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.


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We will survive!!
Stay safe!!

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