Por: @flores39
05/06/2020

¡Hola Hiveans!

Hace dos días dediqué un post a la importancia de la vegetación y anoche hice una descripción identitaria de algunas especies ornamentales que integran el hermoso ecosistema del Jardín Botánico Nacional de Irlanda 🥀 Se trata de dos post con profunda reflexión ecológica que nos invita a formatear y repensar nuestro modo de percibir la naturaleza.

Aprovechando esta serie ambiental prosigo con un tema no muy cómodo para muchos, aunque es relevante para la mayoría de la sociedad, particularmente quienes hacemos vida en la prestigiosa Blockchain Hive; trata sobre las emisiones de gases de invernadero, principalmente las que se generan por el abuso de energía fósil. Inicio con la importancia de los árboles en la gestión de limpieza del aire y enlazo la descripción con el ciclo del carbono de una manera general, didáctica y comprensible para cualquier lector que nunca haya bebido de esta fuente de conocimiento. ¡Empecemos!

Los árboles son maravillosos organismos vegetales que debemos cuidar, proteger y promover su reproducción porque ellos sanean el aire de las tóxicas moléculas de dióxido de carbono (CO₂), un gas de efecto invernadero (GEI) que junto al metano (CH₄) son los principales protagonistas del acelerado recalentamiento de la Tierra, ambos agentes químicos están siendo generados y liberados al ambiente a través de las diversas actividades que caracterizan el perverso modelo de desarrollo económico y social que se inició en el ocaso del siglo XVIII en Inglaterra y luego se diseminó por toda Europa, conocido como Revolución Industrial.

Cuando supe que los GEI que están ocasionando el actual recalentamiento planetario, son los liberados hace más de 150 años, se me pararon los pelos de punta y la piel se me puso similar a la textura de gallina vieja con frío. ¡Waaaao! Tenía que hacerme una pregunta y buscar su respuesta inmediata ¿Por qué ocurre esto? Resulta que CO₂ antropógeno, es decir el generado por las actividades humanas; asciende en un 60% a la atmósfera, el restante es absorbido por la gran aspiradora natural del planeta, el océano; los lagos y grandes cuerpos de agua superficial se encargan de metabolizar el resto.

A decir verdad, el CO₂ oceánico y el atmosférico se convierten en un asunto complejo cuando se rompe el equilibrio en el ciclo del carbono; en el caso del gas absorbido por las aguas oceánicas, pasarán de dos décadas hasta 200 años en degradarse o eliminarse y mientras se desarrolle este proceso de meteorización y orogénesis oceánica se acidifican las aguas; situación que repercute en la biota acuática y quienes dependen de ella.

En la atmósfera no es más alentador, al concentrarse el CO₂ en la troposfera actúa como gas de efecto invernadero (generador de calor) y hace aumentar la temperatura en la capa atmosférica interior; sin embargo, al ascender a capas como estratosfera y mesosfera tendrá un comportamiento de agente enfriador. No obstante, la cuestión se complica porque su paso de troposfera a niveles superiores tarda aproximadamente siete años y los volúmenes de toneladas métricas de el CO₂ no cesan de ascender desde la tierra, ya que se mantiene un estilo de vida basado en el consumo de energía con recursos fósiles y otros métodos contaminantes.

¡Ya sé! Te preguntarás si hay alguna solución a esta delicada situación. Déjame decirte que hay menos concentración de el CO₂ del que existió en la atmósfera y tierra primitiva, por eso cuando revisas literatura especializada te das cuenta que la reducida porción continental se la mantenía en llamas, tanto que parecía el infierno. Las gigantescas moléculas de el CO₂ y CH₄ que se encontraban como bancos gaseosos en el lecho oceánico, se desestabilizaron con el aumento de temperatura y convirtieron los mares en antorchas acuosas que se confundían con el fuego y cenizas de tierra firme.

Después de miles de años, se fue acoplando y equilibrando el clima, gracias a la aparición de organismos unicelulares que se proliferaron y empezaron a capturar las moléculas de CO₂ con la ayuda de luz solar. Fue el momento cumbre en el que se aclararon las aguas como le decimos en criollo en Venezuela. La vida vegetal emergida de las profundidades oceánicas hicieron posible la estabilidad climática y abrieron las puertas a la nueva atmósfera, rica en oxigeno y moléculas gaseosas que dibujaron la biodiversidad detrás de esta historia.

Consideraciones

De esta manera, la naturaleza activó su mecanismo sabio resiliente y salvó el planeta de un cataclismo igual o mayor al que le produjo su existencia. Como ya he tratado de sintetizar los principales elementos evolutivos y de restauración natural, debemos mirar hacia nuestro interior. ¡Basta ya de mirar fuera! La solución no la encontramos porque nos hemos empeñado en buscar fuera lo que está dentro de nosotros. Por utópico que parezca, un cambio de consciencia consumista a una consciencia ecológica y sostenible es posible; solo que debemos trabajar en este cometido, por inalcanzable que parezca es posible lograr avances a mediano y largo plazo.

Si das una mirada a mis contenidos, verás que están orientados a la educación ambiental y responsabilidad humana en el curso de la historia ecológica del planeta. Publico algo sobre un paseo, viaje, ejercicios rutinarios o vida familiar y giro el timó en dirección ambiental. No me doy por vencida porque lo hago con amor ❤️ Amo compartir este tipo de contenidos porque sé que salpicará el pensamiento de alguien y sentirá curiosidad por conocer más, profundizará en la temática y cuando menos se imagine está socializando saberes ecológicos que germinarán en la consciencia de los oyentes y lectores.

Por hoy he tenido el placer de compartir esta reflexión contigo, estoy pendiente de traer una nueva e interesante entrega para aportar valor agregado a la Blockchain Hive.

Lectura complementaria

1. Bajo sombra arbórea reflexiono sobre la importancia de la vegetación [enlace]
2. Reflexión en conmemoración al Día Mundial de la Biodiversidad [enlace]
3. Venezuela como país megadiverso [enlace]

Gracias por tu atención