[EN] Drabbler: Fear of contagion? | [ES] Micro ficción: ¿Miedo al contagio?
Imagen de Markus Baumeler en Pixabay
Fear of contagion?
Fear seized people's minds, and as it was not going to be, on radio and television the news broadcasts periodically broadcast the government's provisions on health quarantine.
The public force controlled the accesses to the big cities, nobody entered or left. Desolation was seen in the streets, where before hundreds of people walked.
The initial nervousness ended in the first days with many products on the shelves of the stores and supermarket chains.
John, an elderly man, left early in the morning for the corner pharmacy looking for cold pills.
Bad fortune touched his octogenarian existence, when he left the pharmacy he sneezed into the mouthpiece recommended by the authorities near a group of people. A degenerate shot him saying, "Unhappy, Do you want to infect me?" and he rushed from the place.
None of those who witnessed the event helped him, on the contrary, they left him lying at the doorstep at the pharmacy.
Upon hearing the detonation, a police patrol approached the site and, upon seeing it, immediately transferred him to the nearest medical center. Fortunately, John was a healthy and strong old man, who from a young age developed a field routine taking care of food, resisted surgery without a problem.
Now he was convalescing in the recovery room in the company of many patients under observation, the visit to his daughter had led him to that situation, it would have been better if he had not left his field. But who is a soothsayer, impossible to foresee what was happening, nevertheless, he always trusted in the hand of God, he must have died at the doors of the pharmacy, so why should he die by contagion?
The end.
An original drabbler by @janaveda
Imagen de Markus Baumeler en Pixabay
¿Miedo al contagio?
El miedo se apoderó de las mentes de las personas, y como no iba a ser así, en la radio y la televisión los noticieros transmitían periódicamente las disposiciones del gobierno sobre la cuarentena sanitaria.
La fuerza pública controlaba los accesos a las grandes ciudades, nadie entraba ni salía. Se veía desolación donde antes pululaban centenares de personas caminando por las calles.
El nerviosismo inicial acabó en los primeros días con muchos productos en los anaqueles de los abastos y grandes cadenas de supermercados.
Juan, un hombre de edad avanzada, salió temprano en la mañana rumbo a la farmacia de la esquina en búsqueda de pastillas para el resfriado.
La mala fortuna tocó su octogenaria existencia, al salir de la farmacia estornudó cerca de un grupo de personas, él llevaba el tapa boca recomendado por las autoridades, un degenerado le disparó diciéndole, desgraciado me quieres contagiar y huyó a toda prisa del sitio.
Ninguno de los que presenciaron el hecho le socorrió, al contrario, le dejaron tirado a su suerte a las puertas de la farmacia.
Una patrulla policial al escuchar la detonación se acercó al sitio y al verlo de inmediato lo trasladó al centro médico más cercano. Afortunadamente, Juan era un anciano sano y fuerte, quien desde joven desarrolló una rutina de campo cuidando la alimentación, resistió sin problema la cirugía.
Ahora estaba convaleciente en la sala de recuperación en compañía de muchos pacientes bajo observación, la visita a su hija le había llevado a esa situación, mejor le hubiese sido no haber abandonado su campo. Pero quien es adivino, imposible prever lo que acontecía, sin embargo, él siempre confiaba en la mano de Dios, debió morir en las puertas de la farmacia, así que, ¿por qué habría de morir por contagio?
Fin
Una micro ficción original de @janaveda
