Experiencia de mi primer embarazo glotona y Parto Natural: Una bendición de Dios

La vida muchas veces se presenta así de la nada, la primera bendición vino sin esperarla, cuando apenas tenía 22 años, estaba casi en mis últimas materias de a carrera Ingeniera en Petróleo, en ese tiempo fue donde se hizo el paro petrolero, y creo que eso a pesar de atraso, me beneficio para criar a mi bebe.
Cuando me entere en julio, el mundo se me venía encima, no dormía ni comía, ya tenía apenas unas diez semanas, cosa que con tan fuerte el semestre ni le pare al ciclo menstrual, entre tantas cosas, recuerdo, que mi novio en aquel momento, me dijo para abortar, le dije que no, que si fui valiente para meterme con él, seré valiente para criar a mi bebe contra viento y marea, con su apoyo o sin él, más allá de mis estudios, esa vida se hizo parte de mí, de mi ser y de mi todo.

Unos latidos que cambio mi vida

Al escuchar aquellos latidos, fue la sensación más grandiosa que pude escuchar en la vida, me enamore aun más de mi bebe, de lo hermoso que me hacía sentir, además me hacia poner más dulce, bonita y comelona… siiii… llegue a pesar unos 120 kilos y literalmente era una Barbie de 55 Kg, Dios… di un salto cuántico en gordura, pase de una escultura perfecta, a sentirme como un balón o globo terráqueo… jejeje… pero eso no me importo, estaba emocionada por tener a mi bebe, su papa acepto mi decisión y me acompaño en el camino, esos primeros años fueron bellos, espectaculares y hermosísimos.

Regrese a mi pueblo a culminar mi gestación: Me puse como un Globo

Desde agosto 2002, me vine a mi pueblo natal, con tan solo tres meses y medio, me use en control con uno de los mejores Ginecólogos de mi querida Cumana, el Dr Argenis Maíz, excelente medico y comprensivo demás. Me mando mi dieta, mis tratamientos prenatal y postnatal, un cuidado exclusivo, que al finalizar los 8 meses, en enero de 2003, me mando a rebajar, pesaba casi 120 kilos, parecía una torombola inflada, parecía que la comelona en diciembre fue fuerte, tenía los pies hinchados, a lo que me mando una dieta estricta, bajo sal, todo asado y sancochado, con bastante combinación de frutas, legumbres y verduras, es que si comía así, solo que los dulces, helados, chocolates y todo eso, me llevaban loca, por lo que me prohibió el azúcar para todo, solo para el jugo nada más. Así hice, por el cuido de mi bebe.

Llego el día mágico: Un momento con dolor y emoción mezclados

Me dieron parto para mediado de febrero, pero señores, un día faltando las dos semanas finalizando enero 31 de enero, me dieron unos pequeños dolorcitos en la barriguita, estaba ese día que mi suegra en los apartamentos, pasando un fin de semana, cada vez se hacía más agudo, y más fuerte al pasar los minutos, parecían un incremento exponencial, jamás había sentido algo así, lo que me acorde de cálculos matemáticos, buscando explicación del porque se había adelantado aquello, Dios… Eso eran dolores que ni idea tenía que iba a sentir así.
Me llevaron al ambulatorio, menos mal estaba cerquita de allí, la cual me hicieron el tacto, me dijeron le falta unos centímetros para parir… Y respondí sobre exaltada: ¿Qué cosa?, todavía no es mi fecha de parto, me toca a partir del 10 de febrero, lo cual llame al Doctor a esa horas de la noche, eran las 10:37 pm, el Dr. me recomendó guardar la calma, caminar un poco, luego que volviera hacerme el tacto nuevamente con el médico de guardia y que después lo llamara, así hice, no había ensanchado nada, la cual me mando a mi casa, yo asustadísima, mi suegra y tía me hicieron un tecito para los nervios, hablamos hasta las 11:30pm, yo no quería dormir del miedo, pero luego me toco hacerlo, me fui a la cama con mi marido, a la cual sentí una patadota con dolor, siendo las 4 am, como que déjenme salir… jajaja…

Con ese salto mágico: Rompí fuente

Con ese salto, me pare al baño, empecé a votar agua, luego llame a mi pareja, este llamo a su mama, resulta que me dijo, rompió fuente, me llevaron corriendo al ambulatorio, me hicieron el tacto, efectivamente había logrado los centímetros deseados, me hicieron la referencia para cumana, para la Clínica Oriente, llegamos a las 6:00am, y yo con aquel hambre y dolor… jejeje… Ya el médico me había dicho que nada de comida, ni agua, ni nada, hasta que el me viera, no podía hacer nada, e incluso si iba al baño, que fuese acompañada.
El llego a las 7:00am, me reviso, me llevo a sala de emergencia, me hizo el tacto, la cual me faltaba un poco dilatar, la cual me colocaron ese bendito pitosin (o como se llame… jejeje, ya esa condenada cosa, ni me quiero acordar… Pero era algo, que colocaban para acelerar y ensanchar, es decir lograr la dilatación deseada para el parto natural), que horror eso, Dios… Que vaina tan mala, sentí que se me partía todos los huesos, me retorcía del dolor inmenso, como a la media hora, le dije que no aguantaba, que me hiciera cesárea, en vez del parto natural, Dios, no sabía que iba a doler tanto así, luego a las 9:00 am, no aguante y le agarre el cuello… jajaja… y me fui en vomito, le vomite los zapatos al Doctor, mayor pena… Jijiji, es que fue una total tortura, desde las 7:25am hasta las 10:35 pm fue ese calvario.

Por fin llego la hora del parto

Llego el momento, la hora mágica con dolor pero con alegría, me metieron a sala de parto a las 10:35am, prepararon todo, ya había dilatado lo que era y empezó la otra emoción… Empuja cuando yo te diga, así hice mis primeros intentos fallidos, luego me dice debes empujar con más fuerzas la cabecita se le ve, trata de hacerlo con más fuerza (repetía una y otra vez el doctor), porque si no se puede ahogar… Entre en pánico y le pedí a mi Dios y Virgen Del Valle, que me ayudaran, cosa que me arme de valor y puje con todas mis fuerzas y cuando reventó aquel llanto, fue el alivio más placentero y emoción mas fascinante y maravillosa de toda mi vida, al ver aquella niña, tan rosadita y blanquita… Dios me la quería comer a besitos, empecé a llorar, me la acercaron le di un tierno beso, me la pusieron unos minutos en el pecho, y luego me hicieron el curetaje.

Una bendición entre mis brazos

Cuando me dieron de alta, nos fuimos a que mi abuela materna, allá vivíamos, el cuarto estaba decorado todo rosado, bello, para el recibimiento de mi princesa.

Ya, han pasado 17 años de aquel 01 de Febrero del 2003, un día que cambio mí vida, y fui la mujer más feliz de la tierra, mi hija, mi mayor terruño, mi gran tesoro, es ahora casi una mujer.

Recuerdo aquellos días como que fuera ayer, cada dolor, cada alegría, todo ese sentimiento mezclado, todavía los vivos como si fuesen el ahora, quedaron grabados en mi memoria…

Espero que les haya gustado mi historia, hasta un próximo encuentro…