Queridos amigos en Hive, y, en especial, amigos de esta comunidad de artistas, Saludos cordiales.
He ilustrado un cuento de Ciencia Ficción que, en realidad, es un cuento de amor. O una excusa para hacer el breve comentario que haré, así como fue una excusa para realizar la ilustración que lo acompaña (sobre su proceso, les diré unas breves palabras al final).
Sé sobre el tema de amor que es uno de los temas más difíciles con los que puede lidiar un escritor. Y en parte se debe, no solo a su complejidad, condición por la cual es muy fácil que tan sólo digamos superficialidades cuando hablamos de él. Sino que no debemos obviar el hecho de que, al ser un tema tan tratado, y sobre el cual abundan las más disímiles expresiones, también hay unos cuantos ejemplos magníficos y monumentales en la historia del arte con los cuales inevitablemente nuestros trabajos se verán comparados. Como lo mío es la escritura, cada vez que escribo sobre temas amorosos no puedo sino pensar en el poema de Francisco de Quevedo, Amor constante más allá de la muerte, y me achicopalo un poco.
¿Significa esto que nosotros, escritores que aún andamos en el camino del aprendizaje, no debemos escribir sobre temas amorosos? Para nada. Solamente creo que es saludable para avanzar en el camino que nos hemos impuesto la consciencia de que es un camino recorrido por maestros y, precisamente por ello, debemos recorrerlo dejando detrás de nosotros la huella más precisa que podamos dejar. Y transitemos nuestro propio camino con ambición y también con modestia.