ALBUM REVIEW: "Jordi" (2021) - Maroon 5

I've been following the career of this American band led by Adam Levine for some time now, and even if I haven't followed their work since the beginning, just listen carefully to all the albums (within the chronological order of their respective years of releases) to realize that quality fluctuations are increasingly present, in a minimally questionable way. It all sounds like a way to bring news to the listeners, but the fact is that the band seems to be very tired and needs to leave the scene for a while because the attempts to get it right are not happening. Jordi, their latest album, is clear proof that they need to recycle or revise their ideas.

Essentially, the band managed to be catapulted to success after they embraced Rock Funk (the mix that brought a dash of Jazz and Pop within the same sound) in the 2000s, but then it didn't take long to surrender to all of it whatever trend that was being launched by the most popular phonographic markets. Year after year, the band lost its essence just to try to adapt (and obviously remain popular) to what was most requested at that specific moment in the music world. Some of those strategies that resulted in failures, I can say: the beats of very generic songs, joining forces with rappers and the figure of an exaggerated vocalist.

A sequence of misconceptions that got worse over the years, and nullified the power and influence that the band had within a musical genre in which they were very famous and competent. Unfortunately, things aren't like that anymore and it's impossible not to be disappointed with Jordi, who tirelessly brings the attempt to create something new and fall into the same territory that at other times has already been explored by the band (at most inspiring times). The album's appeal is personal, a tribute to Jordan Feldstein (former manager of the band who passed away in 2017 and was a childhood friend of Levine's)... But, I believe that the concept of this album is all wrong within its greatest proposal. .

Full of special guest appearances (Blackbear, Stevie Nicks, Bantu, H.E.R, YG, Jason Derulo, Juice Wrld and Nipsey Hussle) that help to mischaracterize the band's work even more, there is no identity in this new project, besides trying to be a work inclusive according to the most urgent trends of a frenzied market that seems to want to be fed with the same kind of sound that calls for something more and more equal, more superficial and more disposable. In other words, there is a strong deconstruction in the band's essence that shows how much they sold themselves to continue with some more commercial success (but less and less relevant to the music scene as a whole).

Opening the album with "Beautiful Mistakes" (a song featuring another special guest, rapper Megan Thee Stallion), the band follows with a pace totally inconsistent with their journey so far, but considering their most recent work, there are linearities that connect them (unfortunately it's something that shouldn't happen because this is a pretty bad part of their trajectory). The problem here is not trying to bring something new, something more danceable... It's trying to do it without a personality of its own, and that's a very big failure for a band as popular as this one. The impression that remains is that they mirror themselves in other artists, and copy their best aspects without adding anything new.

The concept of this album is confusing, because it tries to be something more authorial (with a more introspective, more intimate perspective), but it's totally calculated for the more commercial side (the amount of cameos in the songs shows this in a way evident). The call for musical commodifications to take place is wide open, and it hurts the band's identity even more because it's frustrating and latent. The hints of lust and sensuality don't work, because they are too artificial and turn the songs into something very synthetic, with a production that despite being well done is at the same time very repetitive and doesn't find space to explore and deliver something more exciting.

Within a very conventional style, everything is filled with a wave of conformism that mixes different types of elements (such as a fun song to enjoy the summer, with a song to enjoy the moment of mourning the loss of a friend) to try to create a kind of duality that is confusing. Attempts to create a different concept, get mixed up and become a big mess, with no path to follow. This lack of musical organization is very annoying, because it prevents the listener from understanding what is behind this project and, therefore, there is a lack of empathy that grows as the songs are being played. Of course there are good moments, but there are fewer.

The best song on the entire album is "Convince Me Other Way", where Levine joins H.E.R, and together they deliver a very interesting voice combination (with an obvious highlight for H.E.R, which is sensational) within a song that is a "point outside the curve" in this project, for being something with more psychedelic tones that recall the eighties period with a more synthesized arrangement. By the way, this proves that the productions of the band's albums are always one of the strongest points of the projects and this is also something that happens here. Jordi is more of the same (in a more sloppy and forgettable way), just a comfort zone with no deeper artistic roots, which was designed for the sole purpose of selling.

Llevo un tiempo siguiendo la carrera de esta banda estadounidense liderada por Adam Levine, e incluso si no he seguido su trabajo desde el principio, solo escucho atentamente todos los álbumes (dentro del orden cronológico de sus respectivos años). de lanzamientos) para darse cuenta de que las fluctuaciones de calidad están cada vez más presentes, de una manera mínimamente cuestionable. Todo suena como una forma de traer novedades a los oyentes, pero lo cierto es que la banda parece estar muy cansada y necesita dejar la escena por un tiempo porque los intentos de hacerlo bien no están sucediendo. Jordi, su último disco, es una prueba clara de que necesitan reciclar o revisar sus ideas.

Esencialmente, la banda logró ser catapultada al éxito después de que abrazaron el Rock Funk (la mezcla que trajo una pizca de Jazz y Pop dentro del mismo sonido) en la década de 2000, pero luego no tardó en rendirse a todo y cualquier tendencia que estuvieran lanzando en los mercados fonográficos más populares. Año tras año, la banda perdió su esencia solo para intentar adaptarse (y obviamente seguir siendo popular) a lo que más se pedía en ese momento concreto del mundo de la música. Algunas de esas estrategias que resultaron en fracasos, puedo decir: los beats de canciones muy genéricas, unir fuerzas con raperos y la figura de un vocalista exagerado.

Una secuencia de malentendidos que se agravó con los años, y anuló el poder y la influencia que tenía la banda dentro de un género musical en el que eran muy famosos y competentes. Lamentablemente, las cosas ya no son así y es imposible no decepcionarse con Jordi, que incansablemente trae el intento de crear algo nuevo y caer en el mismo territorio que en otras ocasiones ya ha sido explorado por la banda (en ocasiones más inspiradoras). El atractivo del disco es personal, un homenaje a Jordan Feldstein (ex-manager de la banda que falleció en 2017 y era amigo de la infancia de Levine's)... Pero, creo que el concepto de este disco está todo mal dentro de su mayor propuesta. .

Lleno de apariciones especiales de invitados (Blackbear, Stevie Nicks, Bantu, H.E.R, YG, Jason Derulo, Juice Wrld y Nipsey Hussle) que ayudan a caracterizar aún más mal el trabajo de la banda, no hay identidad en este nuevo proyecto, además de intentar ser un trabajo inclusivo según las tendencias más urgentes de un mercado frenético que parece querer alimentarse del mismo tipo de sonido que pide algo cada vez más igualitario, más superficial y más desechable. En otras palabras, hay una fuerte deconstrucción en la esencia de la banda que muestra cuánto se vendieron para continuar con algún éxito más comercial (pero cada vez menos relevante para la escena musical en su conjunto).

Abriendo el álbum con "Beautiful Mistakes" (una canción con otra invitada especial, la rapera Megan Thee Stallion), la banda sigue con un ritmo totalmente inconsistente con su viaje hasta ahora, pero considerando su trabajo más reciente, hay linealidades que los conectan (desafortunadamente es algo que no debería suceder porque esta es una parte bastante mala de su trayectoria). El problema aquí no es intentar traer algo nuevo, algo más bailable... Es intentar hacerlo sin personalidad propia, y eso es un gran fracaso para una banda tan popular como esta. La impresión que queda es que se reflejan en otros artistas y copian sus mejores aspectos sin agregar nada nuevo.

El concepto de este álbum es confuso, porque intenta ser algo más autorial (con una perspectiva más introspectiva, más íntima), pero está totalmente calculado para el lado más comercial (la cantidad de cameos en las canciones lo demuestra de una manera evidente). El llamado a que se lleve a cabo la mercantilización musical está muy abierto y daña aún más la identidad de la banda porque es frustrante y latente. Las insinuaciones de lujuria y sensualidad no funcionan, porque son demasiado artificiales y convierten las canciones en algo muy sintético, con una producción que a pesar de estar bien hecha es a la vez muy repetitiva y no encuentra espacio para explorar y entregar. algo más emocionante.

Dentro un estilo muy convencional, todo se llena de una ola de conformismo que mezcla diferentes tipos de elementos (como una canción divertida para disfrutar del verano, con una canción para disfrutar el momento de duelo por la pérdida de un amigo) para intentar crear una especie de dualidad que confunde. Intenta crear un concepto diferente, se mezcla y se convierte en un gran lío, sin camino a seguir. Esta falta de organización musical es muy molesta, porque impide que el oyente entienda qué hay detrás de este proyecto y, por tanto, existe una falta de empatía que crece a medida que se van tocando las canciones. Por supuesto que hay buenos momentos, pero pocos.

La mejor canción de todo el álbum es "Convince Me Other Way", donde Levine se une a H.E.R, y juntos ofrecen una combinación de voces muy interesante (con un punto culminante obvio para H.E.R, que es sensacional) dentro de una canción que es un "punto exterior la curva "en este proyecto, por ser algo con tonos más psicodélicos que recuerdan la época de los ochenta con un arreglo más sintetizado. Por cierto, esto prueba que las producciones de los discos de la banda son siempre uno de los puntos más fuertes de los proyectos y esto también es algo que pasa aquí. Jordi es más de lo mismo (de una manera más descuidada y olvidable), solo una zona de confort sin raíces artísticas más profundas, que fue diseñada con el único propósito de vender.

Já faz algum tempo que eu acompanho a carreira dessa banda estadunidense liderada por Adam Levine, e mesmo que eu não tenha acompanho o trabalho deles desde o início, basta ouvir todos os álbuns com atenção (dentro da ordem cronológica dos seus respectivos anos de lançamentos) para perceber que as oscilações de qualidade estão cada vez mais presente, de uma maneira minimamente questionável. Tudo soa como uma forma de trazer novidades para os ouvintes, mas o fato é que a banda parece estar muito cansada e precisa sair de cena por algum tempo porque as tentativas de acertar não estão acontecendo. Jordi, o álbum mais recente deles, é uma prova clara de que eles precisam reciclar ou rever suas ideias.

Essencialmente, a banda conseguiu ser catapultada para o sucesso depois que abraçou o Rock Funk (a mistura que trazia uma pitada de Jazz e Pop dentro de uma mesma sonoridade) nos anos 2000, mas em seguida, não demorou muito para se render a toda e qualquer tendência que estava sendo lançado pelos mercados fonográficos mais populares. Ano após ano, a banda foi perdendo à sua essência apenas para tentar se adequar (e obviamente continuar sendo popular) ao que era mais requisitado naquele momento específico do mundo da música. Algumas dessas estratégias que resultaram em falhas, eu posso dizer: as batidas de músicas muito genéricas, união de forças com rappers e a figura de um vocalista exagerado.

Uma sequência de conceitos equivocados que foram piorando ao longo dos anos, e anulando o poder e a influência que a banda tinha dentro de gênero musical em que eles eram muito famosos e competentes. Infelizmente, as coisas já não são mais assim e é impossível não ficar decepcionado com Jordi, que traz, de maneira cansativa, a tentativa de criar algo novo e cair dentro de um mesmo território que em outros momentos já foi explorado pela banda (em épocas mais inspiradoras). O apelo do álbum é pessoal, uma homenagem ao Jordan Feldstein (ex-empresário da banda que faleceu em 2017 e era amigo de infância de Levine)... Mas, eu acredito que o conceito desse álbum é todo errado dentro da sua maior proposta.

Repleto de participações especiais (Blackbear, Stevie Nicks, Bantu, H.E.R., YG, Jason Derulo, Juice Wrld e Nipsey Hussle) que ajudam a descaracterizar ainda mais o trabalho da banda, não há identidade nenhuma neste novo projeto, além de tentar ser um trabalho inclusivo de acordo com as tendências mais urgentes de um mercado frenético que parece querer ser alimentado com o mesmo tipo de sonoridade que clama por algo cada vez mais igual, mais superficial e mais descartável. Em outras palavras, há uma forte desconstrução na essência da banda que evidencia o quanto eles se venderam para continuar com algum sucesso mais comercial (mas cada vez menos relevante para o cenário musical como um todo).

Abrindo o álbum com "Beautiful Mistakes" (música que conta com outra participação especial, a rapper Megan Thee Stallion), a banda segue com um ritmo totalmente incoerente com a sua jornada até então, mas considerando os seus trabalhos mais recentes, existem linearidades que os conectam (infelizmente é algo que não deveria acontecer porque essa é uma fase bem ruim da trajetória deles). O problema aqui não é tentar trazer algo novo, algo mais dançante... É tentar fazer isso sem uma personalidade própria, e isso é uma falha muito grande para uma banda tão popular quanto esta. A impressão que fica, é que eles se espelham em outros artistas, e copiam os seus melhores aspectos sem adicionar nada que seja novo.

O conceito desse álbum é confuso, porque ele tenta ser algo mais puxado para o lado autoral (com uma perspectiva mais introspectiva, mais íntima), mas é totalmente calculado para o lado mais comercial (as quantidades de participações especiais nas músicas mostram isso de maneira evidente). O apelo para as mercantilizações musicais acontecerem está amplamente aberto, e fere a identidade da banda ainda mais porque é algo frustrante e latente. As pitadas de luxúria e sensualidade não funcionam, porque são muito artificiais e tornam as músicas em algo muito sintético, com uma produção que apesar de ser bem feita é ao mesmo tempo, muito repetitiva e não encontra espaço para explorar e entregar algo mais empolgante.

Dentro de um estilo bem convencional, tudo é repleto com uma onda de conformismo que mistura tipos de elementos diversos (como diversão de uma música para curtir o verão, com uma música para apreciar o momento de luto pela perda de um amigo) para tentar criar uma espécie de dualidade que é confusa. As tentativas de criar um conceito diferente, vão se misturando e se tornando em uma grande bagunça, sem haver um caminho a ser seguido. Essa falta de organização musical é muito chata, porque impede que o ouvinte possa entender o que está por trás desse projeto e por isso, há uma falta de empatia que cresce à medida em que as músicas são sendo tocadas. É claro que existem bons momentos, mas são poucos.

A melhor música do álbum inteiro é "Convince Me Other Way", onde Levine se junta a H.E.R, e juntos, eles entregam uma combinação de vozes bem interessante (com um destaque óbvio para H.E.R., que é sensacional) dentro de uma música que é um "ponto fora da curva" neste projeto, por ser algo com tons mais psicodélicos que lembram a época oitentista com um arranjo mais sintetizado. Aliás, isso prova que às produções dos álbuns da banda são sempre um dos pontos mais fortes dos projetos e isso também é algo que acontece aqui. Jordi é mais do mesmo (de um jeito mais desleixado e esquecível), apenas uma zona de conforto sem raízes artísticas mais profundas, que foi pensado com o único objetivo de vender.