Luego de escuchar aquella confesión la joven mercenaria se mantuvo en silencio un momento, reflexionando en el hecho de que sus palabras debían ser las correctas porque meter la pata en ese momento sería ponerse la soga al cuello. Sin embargo el silencio suele traer descontento cuando se esperan palabras de aliento para sobar el alma de alguien al que la culpa le azota con mano dura.

El asesino entonces le dijo: ¿Qué sucede? De repente tu voz ya no me acompaña para traer calma... ¡Nada, nada! Solo me he quedado sin palabras por un momento, pero no te preocupes, no podemos cambiar ese suceso, no podemos controlar el tiempo, el pasado solo son recuerdos, el presente cambia a cada momento y el futuro es bastante incierto, relajate y dejame descansar junto a tu pecho que quizás no volvamos a vernos a menos que a la providencia le apetezca unirnos de nuevo.

Aquellas palabras dieron algo de refrigerio al alma de aquel hombre y tras unos días de espera prudencial la detective se encontró con la mujer a la que contrató para saber qué había logrado. En aquel encuentro la mercenaria dijo: "Fue un poco complicado, es difícil esconder una grabadora en el momento en el que las prendas están ausentes y la vulnerabilidad está presente, pero logré que cantara, ahora el reto será que te concedan un juicio para tratar un caso tan delicado".

No fueron muchas las palabras de la joven detective, tan solo pagó, agradeció y le recomendó usar métodos diferentes para sus próximos trabajos,aunque este ultimo consejo parecía tener el futuro de un arado a orillas de una playa, inútil, una total pérdida de tiempo, pues la mercenaria solo le devolvió una sonrisa y siguió su camino sin dar detalles de su destino.

Ya habían pasado 5 años y unos cuantos meses para cuando se decidió iniciar el juicio para dar razón de los hallazgos que daban fe de las palabras de un joven desdichado. Se reunieron todos, los padres del panadero parecían algo cansados pero animados, los de la víctima no se presentaron y parte de la turba de aquellos años sentía que era un engaño para sacar al que para ellos era un vil desgraciado, el tío que había sido citado estaba temeroso pero por fuera se mostraba calmado, confiaba en la enorme falta de pruebas para el panadero que estaba sentado pero con grilletes en sus manos.

El tío fue llamado al estrado, juró honestidad y luego negó haber sido el responsable de aquella maldad, el juramento volvía a ser deshonrado, ya es algo clásico cuando se trata de cargar con las consecuencias de un acto, solo que esta vez dijo que él no estaba en el pueblo cuando sucedió aquello. Entonces la detective recordó los detalles, hubo un testigo que dió una descripción que concordaba con usted... ¿Está seguro de lo que dice? Recuerde que han pasado ya varios años y juró hablar verdad en este lugar.

Mantuvo su posición para luego ser expuesto con la grabación obtenida por la debilidad ante sus propios deseos, como Sansón ante Dalila, como Adán mordiendo la fruta prohibida de mano de la dama que le fue concedida, como aquellos hombres que murieron envenenados luego de probar los labios de una joven mercenario... Que vulnerable es el hombre cuando se trata de lidiar con la influencia de una mujer.