Una noche de 2012, Daniel se encontraba en la casa de su amigo Eduardo, ubicada cerca de la Plaza Bolívar de San Juan de Colón, municipio Ayacucho, habían pasado la noche ensayando los temas de su proyecto musical, por lo que al terminar decidieron sentarse en la entrada de la casa a conversar sobre música y definir algunas ideas para su proyecto. Las calles estaban solitarias, y en el ambiente corría una ligera brisa que arrastraba sobre el suelo las hojas secas de los árboles. El tiempo se había pasado rápido conversando y pronto se hizo la media noche.

Pasada la media noche, Daniel y su amigo escucharon pasos a lo lejos, y observaron a una cuadra más arriba, a unos 30 metros de distancia a un joven que bajaba por la calle en su dirección, el joven vestía con ropa juvenil, jeans azul claro, franela blanca y gorra, llevaba un bolso como si se tratase de un estudiante. Daniel notó en la distancia que su semblante era extraño, su boca era más amplia de lo normal y llevaba un gesto burlón o de superioridad, además su piel era muy blanca y parecía tener un tonalidad grisácea, sin embargo, Daniel no prestó mucha atención pues a pesar de su extraño semblante pensó que se trataba de algún vecino y volteó su mirada.

Trascurrieron algunos segundos mientras Daniel miraba en otra dirección, pero su amigo Eduardo mantuvo su mirada en dirección al joven, y repentinamente sorprendió a Daniel con un grito.

-Daniel el tipo desapareció, faltaba mucho para que llegara al cruce y ya no está.

-¡Qué!, no invente, ¿cómo que desapareció?

-De verdad, levántese y mire.

Como su amigo se encontraba muy alterado, Daniel decidió levantarse para tener una perspectiva clara de la calle y subió a la esquina para apreciar parte de la calle de cruce, y el joven ya no se veía por ninguna parte. Daniel y su amigo se apresuraron a entrar en la casa, subieron las escaleras principales y se sentaron en la sala a comentar lo que habían acabado de presenciar, de pronto oyeron pasos que venían de las escaleras de entrada y sintieron temor, la puerta se abrió para dar paso al tío de Eduardo que venía llegando de afuera y a quien contaron lo sucedido.

Hasta el día de hoy, Daniel no ha encontrado una explicación a dicho acontecimiento, pues en la calle que el joven desapareció no hay casas de familia, ni puertas por donde el joven hubiese podido entrar, en su lugar solo hay una panadería, una agencia Movilnet y el llamado Colegio de las Monjas, lugares que a tan altas horas de la noche permanecen cerrados.

Fuente

One night in 2012, Daniel was at his friend Eduardo's house, located near the Plaza Bolivar in San Juan de Colon, Ayacucho municipality, they had spent the night rehearsing the songs of their musical project, so when they finished they decided to sit at the entrance of the house to talk about music and define some ideas for their project. The streets were lonely, and there was a light breeze blowing the dry leaves of the trees on the ground. The time had passed quickly in conversation and soon it was midnight.

After midnight, Daniel and his friend heard footsteps in the distance, and observed a block away, about 30 meters away, a young man walking down the street in their direction, the young man was dressed in youthful clothes, light blue jeans, white flannel and a cap, carrying a bag as if he were a student. Daniel noticed in the distance that his countenance was strange, his mouth was wider than normal and he had a mocking or superior gesture, also his skin was very white and seemed to have a grayish tone, however, Daniel did not pay much attention because despite his strange countenance he thought it was a neighbor and turned his gaze.

A few seconds passed while Daniel looked in another direction, but his friend Eduardo kept his gaze on the young man, and suddenly surprised Daniel with a shout.

-Daniel, the guy disappeared, it was a long way to the intersection and he's gone.

-What, don't make it up, what do you mean he disappeared?

-Really, get up and look.

As his friend was very upset, Daniel decided to get up to have a clear perspective of the street and went up to the corner to see part of the cross street, and the young man was nowhere to be seen. Daniel and his friend rushed into the house, went up the main stairs and sat in the living room to discuss what they had just witnessed, suddenly they heard footsteps coming from the front stairs and felt fear, the door opened to give way to Eduardo's uncle who was coming from outside and to whom they told what had happened.

To this day, Daniel has not found an explanation for this event, because in the street where the young man disappeared there are no family houses, nor doors through which the young man could have entered, instead there is only a bakery, a Movilnet agency and the so-called school of the nuns, places that at such late hours of the night remain closed.

Source