Micro ficción: Otro día para vivir

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Otro día para vivir

Un potente estruendo lo despierta. Brinca con sobresalto de la cama y corre a la ventana. La peor pesadilla acaba de acontecer, la muralla norte cayó ante el asedio inmisericorde del enemigo. Apresurándose se ajusta la armadura ligera, toma la espada y el escudo, mientras sale a toda prisa se coloca el casco.

Debe encontrarse con los demás en las barricadas de la calle adyacente al muro según el plan del capitán de su escuadra. Siempre pensó en lo infranqueable de las defensas de la ciudad, ahora están en una situación desesperada. Sin embargo, aún cree en la posibilidad real de repelerlos, hay una brecha en la pared pero no es lo suficientemente amplia para que el enemigo entre en grandes grupos, así que el plan es sencillo, dejarlos pasar y exterminarlos.

La primera oleada penetra en la ciudad, el combate es encarnizado y tal lo previsto, los vencen con suma facilidad. Pensó, podría hacer esto todo el día.

Luego de un mes, parecen inagotables las oleadas de enemigos, cada grupo es más fiero, y las pilas funerarias no cesan de arder, amigos y enemigos comparten el mismo destino. Ya no quiere continuar en la contienda, desea que pronto acabe, sin importar quien gane.

Aquella mañana resultó herido en el antebrazo derecho, imposibilitándolo para sostener la espada, tuvo que soltar el escudo para tomar la espada con la mano izquierda. Pensó en sucumbir, pero la imagen de un pequeño en los brazos de una joven mujer hizo que recobrará la fiereza y luchó como nunca antes, inspirando a sus compañeros y el grito aterrador: OTRO DÍA PARA VIVIR.

Exhausto es evacuado para ser curado. Los antiguos pensamientos románticos sobre la gloria de la guerra han desaparecido, la realidad es muy distinta. Ahora, lo mueve el instinto de sobrevivencia y la necesidad extrema de proteger a los débiles e indefenso. Un asedio tan largo con centenares, por no decir, miles de muertos. Todo por la ambición de los reyes.

Por su mente pasó una idea loca, y si pudiera ser posible convencer al enemigo para que ambas partes detengan la carnicería desobedeciendo a los reyes. Arriesgado pero lo intentará mañana.

Con la luz del alba el primer continente enemigo ingresa por la brecha, él sale al encuentro y grita a todo pulmón: BASTA, ¿CUÁNTAS VIUDAS Y HUÉRFANOS FALTAN? TODOS SOMOS HERMANOS EN LA MUERTE. ES TIEMPO DE SER HERMANOS PARA VIVIR.

Él soltó el escudo y la espada, el enemigo está confundido y por un momento cesaron las hostilidades. Una flecha surca el aire clavándose en la espalda, y el grito: Cobarde. Él cae de rodilla y grita de nuevo: OTRO DÍA PARA VIVIR. Los compañeros y la primera fila del enemigo salen en su auxilio. Ha iniciado una revolución.

Fin

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Una micro ficción original de @janaveda

Imagen de Juan Luis Ferrandiz en Pixabay

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Muchas gracias por leerme, espero sea de su agrado.



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2 comments
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Buenos días @janaveda,
Encantadora historia llena de esperanza. Quien sabe un día sucederá que los soldados, los uniformados despierten y comprendan que nacieron humanos y un no hacer les devolverá su condición de humanidad.

Desando te encuentres en buena salud y paz,
hasta pronto.

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Hola @felixmarranz,

Son más las cosas que nos unen. Lamentablemente pocos exacerban las diferencias a su favor.

Gracias mi amigo, deseo también lo mejor para ti.

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