Micro ficción: Un paseo de caza

avatar


Captura de pantalla 2021-03-25 a la(s) 12.13.34 a. m..png

image.png

Un paseo de caza

Despierta muy temprano y se viste de prisa para llegar a tiempo al encuentro con sus amigos. Hoy van a internarse en el monte aledaño al pueblo en donde viven.

En la mochila lleva la honda que el mismo fabricó con el arco de una rama secado al Sol, unido con dos fuertes y elásticas ligas al receptáculo para la piedra o canica. Espera probar la puntería con cualquier ave o iguana que se le atraviese en el camino.

Los tres jóvenes caminan hacia la profundidad del monte que separa a los pueblos, las cercas de alambres de púas establecen los linderos entre los hatos circunvecinos. Es un paraje solitario donde el sendero de la tierra desprovista de vegetación indica el tenue vestigio del hombre. Un área reservada para el ganado y los caballos.

Con cada paso que dan, dejan detrás los ruidos del pueblo, dando relevancia al trinar de diversas aves. El joven toma la iniciativa y saca la honda aprovisionándola con una canica. Piensa: «voy a cazar al primer ave que se ponga en la mira, aunque no me la coma luego». Solo quiere demostrar lo diestro y certero que es, impresionar en la lucha de los egos.

Escuchan el traqueo de una gran cascabel alrededor. Sienten temor al recordar la muerte del perro callejero de la cuadra al enfrentarse a una de estas víboras. Los chavales se arman de valor y apuntan en dirección al sonido. Ellos son ahora intrusos en estos dominios, sin embargo aspiran a vengar la infame y cruel muerte del canino.

Un gran gato rompe la monotonía y danza con cada ataque de la serpiente. Ellos guardan silencio sin bajar las resorteras mientras miran el drama salvaje desenvolverse justo al frente. El felino triplica el tamaño del gato más grande del pueblo, un tigrillo.

La caza de aves pasó a segundo plano, ambos animales no pueden ser detenidos con los impactos de las canicas, al menos de que sean más precisa que la usada por el joven David en contra de Goliat. Retroceden lentamente sin perder de vista el combate animal. Un halcón se posa en la copa de un árbol diagonal a su posición, y de repente desaparecen el resto de las aves.

Cesa el cascar y el ronroneo del gato también, mientras el halcón vuela en la dirección. Están lejos para ver lo que ocurre, se miran los unos a los otros y deciden en forma tácita, volver a la seguridad de la cuadra, al lugar seguro en donde afinar la puntería con sus hondas.

Fin

bird-359143_640.jpg

Imagen de József Kincse en Pixabay

image.png

image.png

Una micro ficción original de @janaveda

Imagen de portada compuesta por:

Imagen de Couleur en Pixabay

Imagen de OpenClipart-Vectors en Pixabay

image.png


Muchas gracias por leerme, espero sea de su agrado.



0
0
0.000
0 comments