[ESP-ENG] CARMILLA (V)

¿Por qué es tan apetecible la inocencia? ¿Quién la desea y la vuelve comestible? Es una entidad extraña, con gustos espantosos y terribles, absorbe la energía de quien prefiera y vuelve a su guarida de oscuridad. Allí no hay perdón para los tontos, los insanos, los que se desenvuelven en su gracia gentil. Allí solo hay un dolor imperante que desvanece todo lo bueno, y en ese día tan fatídico y crucial, esa entidad fue liberada nuevamente, pues posó sus ojos en la inocencia más pura, la de aquella a que todos llamaban «Carmilla».

Un torbellino de angustia se posicionó en el centro de la habitación esa noche, mientras se intentaba exorcizar el mal que recayó sobre la joven. Harold; el hermano de Carmilla, rezaba para sus adentros, aunque no era un hombre de fe, ese día oró para todas las potestades celestiales, incluso, para las no celestiales. Marie; esposa de Harold, era una delicada flor a punto de estallar, pues su corazón era tan frágil como una pequeña taza de porcelana, y sus ojos, ¡oh Dios, esos pobres ojos!, ¡lamento todo lo que habrán visto! Aunque no estuve ahí, pude sentir el dolor que habrán sentido solo con leer con detalle el suceso.

En la sesión estaba Jonás Salt, doctor en psiquiatría, mi colega aunque no compartíamos aficiones, le admiraba, pues era una persona de mucho calibre dentro de nuestro campo científico. Él estuvo a cargo de repeler el mal que atormentaba a Carmilla, planeaba liberarlo con una máquina que construyó. Era una locura, pues, en efecto, su invento ha recibido buenas críticas por parte de la comunidad científica, pero, en mi opinión; aún no estaba listo para enfrentar ese mal tan grande y poderoso.

No sé mucho de los detalles de lo que ocurrió en aquel lugar, pues solo me baso en la información que recopilé, que puede ser absolutamente verídica o manipulada para beneficio de la familia, solo hago un análisis de lo acontecido, pues, mi capacidad de deducción, pide a gritos que termine de contar lo que posiblemente pasó esa noche con Carmilla.

Todo pasó alrededor de las 8:30 de la noche, a tres días del equinoccio de verano. Carmilla fue sumergida en una tina con sal, que según los expertos, dicho recurso se utiliza para expandir la mente. Jonás usó su aparato para registrar la actividad neuronal de su paciente. Lo conectó tanto en su cabeza como en sus brazos y piernas, y de una manera impresionante, como si se tratara de un sedante instantáneo, la puso a dormir con solo apretar un botón. Los testigos aseguraron que, una vez dormida la paciente, su aspecto físico comenzó a cambiar.

En esta parte, quiero ser lo más minucioso posible sobre el otro aspecto de Carmilla, pues es algo que ni la ciencia ni la imaginación humana han podido deducir. El cabello de la paciente era rubio, y esa noche se tornó plateado. Su cabeza era redonda y regordeta, al igual que su cuerpo, pero luego pasó a ser esbelto de una manera increíble. Creció algunos centímetros; al igual que los dedos de sus manos y sus pies. Su nariz era respingada. Sus labios carnosos y escarlatas. Su piel pálida y radiante como la luz de la luna. Era un ser extraplanetario; jamás visto sobre la faz de la Tierra.

Sé que de haber estado ahí y ser testigo de lo ocurrido, la impresión no hubiera tenido cabida en mi cuerpo. Los manifestantes presentes en el suceso aseveraban, que no solo ellos estaban allí vislumbrando todo, también hubo dos fuerzas externas que acompañaron a nuestra «afligida» durante la dolencia que tuvo que aguantar. Una de las presencias se encontraba adentro de un espejo; un objeto maldito y fisurado, opaco a tal punto que ya no reflejaba; pues los corpúsculos habían sobrepasado la superficie del cristal. Los testimonios aseguraron que algo maligno se asomó por el espejo, causando el desmayo de la pobre Marie en el acto.

El otro testigo misterioso no se encontraba dentro de la habitación, sino afuera. Observaba desde un tragaluz todo lo ocurrido hasta que este fue detectado por la fuerza que habitaba el espejo. El ambiente comenzó hacerse pesado a partir de ahí, y dichas entidades tuvieron que luchar por el alma de Carmilla; uno, perteneciente al bien, quería salvarla. Y el otro, perteneciente al mal, quería devorarla. Dos entidades sobrenaturales luchando por una joven en desgracia, ¿quién ganó en esa ocasión?

Pues a partir de aquí comienza a trabajar mi habilidad deductiva, pues los medios de comunicación omitieron muchas cosas quizás para proteger a Carmilla y a su familia. Debo acotar que todo lo que diré a partir de este momento se debe a lo que he visto actualmente, y no porque haya entrevistado algún testigo.

En efecto, ambos seres querían apoderarse del alma de Carmilla, pero de diferente forma; uno, lo hacía por amor, pues provenía de un mundo donde la candidez es una virtud extraña que merecía ser admirada y protegida, y el otro, lo hacía para saciar su hambre, pues era de esas criaturas parasitas que paulatinamente absorben la cordura de sus víctimas hasta dejarlas vacías como un cascarón sin contenido. Pero Carmilla fue salvada, no por el enfrentamiento de estos dos seres, sino por la aceptación que ella misma vociferaba por la oscuridad.

Carmilla, antes de padecer sonambulismo, recayó sobre un marco en que transformaba a las tinieblas en belleza. Esto puede sonar poético; poco científico de mi parte, pero nunca dije que no creyera en las cosas intangibles que nos rodean. Como decía, la joven había hecho un pacto anteriormente y esto la conectó con las tinieblas en ese momento. Esto atrajo a diferentes entidades, ya que sus nuevos rasgos, la hacían apetecible para ellos. Lo que no sabían, es que aquella cándida joven ahora poseía armas para combatir, y fue en esa noche, en que finalmente pudo destruir a la criatura que causó la muerte de sus padres.

El malvado habitante de la Montaña Plateada comenzó a vociferar su victoria, pero lo que no sabía es que había un guardián aún más fuerte en la habitación. Carmilla, en su nueva forma onírica, seguro se levantó sola y utilizó sus habilidades para detener a su terrible enemigo. No me imagino las expresiones de los rostros de sus familiares, pues debieron quedar anonadados con el suceso. Quizás en otro momento, termino de contarles lo ocurrido, pues por ahora dejaré que digieran todo el texto.