El final del amor [ES/EN]

Los cielos se contemplaron furiosos ante la destrucción del hombre sobre la naturaleza. Las grietas de un suelo que antes fue verde, hoy solo eran las cicatrices de un mundo arruinado por la humanidad.

En un día nublado, pero no por ello un mal día; Joel se encontraba con Clara, su novia, pasando una tarde en una de las plazas que frecuentaban luego del trabajo.

La relación no venía del todo bien, pues casi siempre peleaban por cualquier cosa que se presente. Como era de esperarse, una de las discusiones era sobre los cigarrillos que él fumaba y que arrojaba todos los días sobre los débiles pastos de aquél parque.

—¿Por qué no podemos ser como las demás parejas? —Atisbó Clara mientras veía a su alrededor.

Cuando la discusión parecía más evidente y las personas allí comenzaban a enfocar su atención sobre ellos dos, algo sucedió y todos miraron asombrados pero perplejos, sobre un acontecimiento sin precedentes.

Un ruido ensordecedor brotaba de la tierra y todo lo que estaba sobre ella se comenzó a resquebrajar violentamente. De la hendidura que se había hecho sobre la superficie en la estaban parados, salía un vapor tan caliente que podría derretir cualquier cuerpo allí en cuestión de segundos.

Una gran grieta surgió de las profundidades de la tierra y separó las vidas de Joel y Clara, distanciándolos esta vez por una imponente fuerza natural, que se aparecía por sorpresa destruyendo todo a su paso, como sucedió con aquél banco en el que estaban ellos sentados.

El caos descontroló a más de uno y hubo casos en los que muchos, entre todo tipo de sentimiento de desesperación, cayeron por las fisuras del suelo donde a simple vista podía verse el resplandor del magma.

Muchos yacían inertes por el calor de sus fuegos, otros recibían un escupitajo de lava en el rostro quedando ciegos por completo, sin saber hacia donde ir.

Los que quedaban vivos estaban pasmados e imposibilitados de salvarse a sí mismos y mucho menos a los demás. Hubo otros que se rindieron y decidieron dejarse caer a las brasas de lo natural, tomados de las manos y abrazados, convirtiéndose así en lo más cercano a una estatua, pues sus cuerpos tomaron la forma de sus últimos alientos de vida sobre el amor venido en crueldad.

Debían reencontrarse cuanto antes, pues los fuertes vientos calientes viajaban hacia todas direcciones. Desmayarse bajo ese tipo de circunstancias era considerado la propia muerte. La lava estaba emergiendo hacia la superficie, por lo que quedaba poco tiempo para poder escapar de un suelo que pronto no se podría pisar.

La suerte jugó a favor de Joel, quien pudo cruzar un pequeño lago que aún no había empezado a hervir sus aguas y por donde pasó hacia el otro lado.

Allí es que se encontraba Clara, quien recibió con angustia y gran pavor a su novio. Esta vez, ignorando todo lo que había sucedido en un principio, y decidiendo jamás separarse de él, amándolo hasta las últimas consecuencias.
Aún si existiese otro fin del mundo.