Historia inspirada en la imagen #74 de @xpilar :Estamos viviendo momentos extraordinarios en nuestro mundo ordinario.

Saludos amigos este será mi primer post en la nueva plataforma Hive y que mejor que hacerlo, contando una historia bajo la musa inspiradora de @xpilar. Si desean participar visten su blog @xpilar y podrán descubrir su mágico mundo.

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Bien amigos observando la imagen de nuestro querido amigo @xpilar, me detengo a pensar en esos ojos que se aprecian desde el vasto universo que nos observa constantemente, como el ojo que todo lo ve y que hace como una especie de "acuse de recibo" por todos los acontecimientos que hoy por hoy están ocurriendo en nuestro mundo tridimensional.

Son los ojos de una mirada compasiva, que camina junto a nosotros la millas que pisan nuestros zapatos, y conoce las dificultades por la que estamos pasando como sociedad, ante la grave epidemia del Covid19 que azota sin piedad a toda la población mundial, haciendo que rompamos por completo nuestra rutina diaria.

Estamos confinados a un encierro obligado, sin poder asistir a nuestros sitios de trabajo, los niños no pueden asistir a la escuela, ni jugar en los parques. Muchos trabajadores de la economía informal no podrán hacer el dinero que necesitan para cubrir sus gastos básicos. En fin estamos viviendo momentos verdaderamente inéditos en la historia de la humanidad.

Pero de nada nos sirve colocarnos en una posición pesimista y renegada, no estamos en las ruinas de un mausoleo, somos fichas vivientes moviéndonos en el tablero de la vida donde debemos cambiar de posición constantemente, al igual que los segunderos del reloj, que jamas se detienen.

Que estamos estresados, de mal humor, impacientes, deseando que toda esta pesadilla biológica pase pronto, que nos mordemos los codos, y soltamos palabrotas al viento; está bien no pasa nada, es una forma de catarsis y de liberar la frustración. En mi caso, los berrinches de mis sobrinos y los rugidos de mi padre, ya me sirven de sonido binaural para reparar mi ego adolorido.

En estos días de inusual convivencia, aprovechemos para oxigenar la madriguera de nuestros pensamientos, embotados por las preocupaciones de las querellas cotidianas, y abramos un espacio para hacer las pases con la esencia de nuestro interior. Estamos acostumbrados a mirar hacia afuera, a poner la atención en la conmoción de las circunstancias mediáticas, nuestra cabeza arde entregada al caos del mundo, el caos nunca pasará y nuestra cabeza se calcinará, sino la retiramos del hervidero.

Es hora de consolarnos y reconstruir los pedazos que tenemos rotos por la vida, justo ahora que tenemos tiempo de sobra, en los que no tenemos que correr en contra del reloj a tomar el tren, o a salir despeinados de casa con el desayuno a medio esófago y con las emociones reprimidas.

Tomemos estos días de confinamiento para contemplar la calma, dialogar con el silencio, para limpiar la maleza mental que nos impide conectar con lo real, y encontrar el valor necesario para enfrentarnos a nosotros mismos.

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