Considero que no hay nada más sincero de lo que puedo decirte, aquí y ahora:

Soy salvajemente libre y lo amo.

Mis cabellos revolotean al ritmo del viento, sin control y en desmedida. Mis patas son traviesas y fuertes; saltan por doquier, llevándome a hermosos prados colmados de silencio y pasto ondeante como banderas. El viento me susurra a la oreja, yo no entiendo y aún así soy feliz; a sabiendas de que la felicidad es posible de encontrar en la simplicidad. Cuando tengo sed, voy a un río cercano que ofrece fresca agua Cristalina, donde puedo además ver mi reflejo. Y cuando el calor arrecia, solo me sumerjo en él y refresco mi agitado cuerpo. El curso del agua, lleva mis miedos, ansias y cansancio; me restaura.

No hay horarios, no hay cercas, no hay ataduras; solo soy yo un caballo salvaje que ama la libertad que Dios me ha dado.

Nota: El caballo es mi animal favorito, para la redacción de mi párrafo anterior, me imaginaba siendo un caballo. Pero entendí, que me gustaría ser un caballo salvaje sin atadura alguna. Y sin nadie a quien montar a mi lomo. Solamente quisiera ser un caballo dentro de tanta inmensidad. Gracias por el divertido reto.

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Arte realizado por: @mariu.espinoza

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