Reflection Hunters Contest Round # 14: Reflections and Signals
It is not necessary to go to the mysterious crop circles nor to resort to the supposed extraterrestrial intelligences that some assume that they are behind.
The world, including that small corner that is the environment in which we live, is a formidable emitter of signals, which each one is free to interpret, invoking the right granted by freedom of association and, of course, freedom of expression.
Sometimes, a simple but beautiful creature can transmit to us, whether or not through the laws of chance or causality, interesting signals that, deep down, are still archetypes that connect us with that fabulous universe that Jung defined as the Collective Unconscious.
With a little imagination, an opportune surface of water acting as a mirroring agent and that surprising and long neck of a swan, we can appreciate, among others, the horns of the Moon, a heart or something more universal still, such as the symbol of the infinite.
NOTICE: Both the text and the accompanying photographs are my exclusive intellectual property and therefore are subject to my Copyright.
Gorgeous reflection photos! It is a sea of gold!
Thank-you very much, @melinda010100
Hi @juancar347, In the photographs you can see different shapes depending on the inclination of the neck, you could say that it is this or that, but what I like the most is seeing the animal observing its own reflection, and better not to assume that it is thinking, it would be very difficult to guess
True, but at no point have I tried to get inside the swan's head and guess what he is thinking. I have only limited myself to letting my imagination fly and seeing those curious shapes of his neck reflected in the water. Greetings
as you say, it all depends on perspective, me imagining the thoughts of the swan and you looking at other issues ha ha ha, the point is that the swan is a very elegant animal here don't have to use us imagination.
A hug my friend :)
Para que a uno le dieran el balón para jugar un rato, en el parque del CVN, concejo venezolano del niño, tenías que entregar la cédula, luego regresabas el balón y te daban tu cédula, pero yo aún no tenía cédula, así que tenía que esperar a los más grandes para poder jugar baloncesto.
Mientras tanto me tiraba en el piso, y miraba el aro, atravez del aro veía las nubes, y les inventaba formas, un dragón, un caballo, "un cisne ", un barco.......
Y así pasaban las horas felices de mi espera por el balón, feliz, soñador.
No se medió el baloncesto, aunque jugaba muy bien, no crecí tanto como los otros de mi grupo; pero el baloncesto quedó driblando en mi corazón, y las formas de las formas que se entrecruzan en mi mente, la permanencia de ese muchachito solitario, que ve un cisne, y lo hace corazón, escarabajo, poema.
Ja, ja, ja o trasnochas o madrugas, mi pana. Ya veo que tú también guardas buenos recuerdos de esa niñez, donde la ensoñación parece que estaba a la orden del día. Mira tú que a mí el baloncesto, a pesar de ser alto, nunca me llegó a convencer. Lo mío era más bestia, el fútbol puro y duro, donde bastante tenía con evitar las entradas y las patadas a tobillos y espinillas que te lanzaban los rivales. Los campos de tierra, las rozaduras, el público a ambos lados del campo, poniéndote verde, ja, ja, ja....y las tremendas agujetas de los lunes. Pero bueno, todo forma parte de esos recuerdos, que de cuando en cuando afloran a la superficie. Con los planteamientos ocurre algo similar: habrá gente que los comparta o habrá quien no; en cierto modo, me parece natural y nadie tiene por qué ver lo mismo. Es como con las famosas paraidolias, esas caprichosas formas que la erosión otorga, por ejemplo, a ciertas rocas, donde cada uno ve una cosa distinta, lo cual no significa que todos estén equivocados, sino que cada uno observa, percibe y analiza a su manera. Cuídate mucho, pana.