El domingo por fin vi el último capítulo de una de las series que más me ha estado divirtiendo últimamente, The Righteous Gemstones; una serie muy divertida que tiene algunos indicios de crítica contra la forma en que la religión actúa en ciertos entornos, pero que no se centra del todo en cuestiones religiosas o de crítica social, después de todo, es una pura comedia.

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El Imperio Religioso

Recientemente le estaba diciendo a un amigo que para los estadounidenses no hay medias tintas en algunos temas, o están totalmente comprometidos y devotos o simplemente no les importa en absoluto; y eso es parte de la trama de esta serie, cómo una familia sureña fue capaz de construir un gigantesco IMPERIO enfocado sólo en aprovechar la religión. Y no, aquí no hay depravación, lujuria y esas cosas, aquí la familia sólo se aprovecha de algo a lo que está realmente dedicada, Jesús y la religión.

Como mencioné, tenemos una familia que está súper involucrada en el tema de la religión como negocio, de hecho la han franquiciado, convirtiéndose en los principales predicadores de toda América y ganando dinero por toneladas, tanto es así que viven como reyes, con casas lujosas, vehículos, aviones y todo lo que cualquiera pueda desear. Lo curioso y realmente divertido es la dinámica de esta familia porque el núcleo principal es un padre con sus tres hijos (dos hombres y una mujer), donde todos participan en las actividades de la iglesia, los hombres sirviendo como predicadores y la mujer ayudando en la parte administrativa.

Sólo viendo las interacciones de los hermanos y la forma en que predican y combinan su vida con todo el ambiente religioso, se desatan muchas escenas súper divertidas, pero la verdadera locura comienza cuando el mayor de los hijos comienza a ser chantajeado por un hombre desconocido que tiene un video de el y sus amigos en el que él mismo hacen todo tipo de cosas. A partir de ahí comienza una búsqueda interminable por recuperar el video y mantener sus vidas intactas.

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Es súper divertido ver a los tres hijos tratando de ocultarle todo a su padre, haciendo todo tipo de cosas estúpidas que sólo empeoran las cosas... Se pone tan mal que al final su padre se ve obligado a intervenir, pero sólo empeora y es robado por los delincuentes.

Los Gemstones

Esta serie es como una serie de divertidos sketches combinados en base a un tema religioso, una serie donde capítulo por capítulo algún personaje tiene su momento para destacar. A lo largo de la serie vemos cómo ninguno de los hermanos es más protagonista que los demás y que lo que tienen en común es lo estúpidos que son.

La forma de actuar de los tres hermanos es muy audaz, sus actuaciones se combinan con las de los demás. Danny McBride interpreta a un hermano mayor con delirios de grandeza y cree que es capaz de hacer todo perfecto, pero en el fondo es sólo un tonto afortunado que se ha metido en un lío absurdo que ahora debe resolver con la ayuda de sus hermanos. La actuación es súper divertida, con una forma de hablar muy particular que combinada con los gestos característicos hacen de este personaje un gran personaje.

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Entre los otros dos hermanos tenemos a Adam Devine como el hermano menor a cargo del sector juvenil de la iglesia, pero que extrañamente tiene un amigo muy cercano que solía ser algo diabólico. Adam Devine consigue encarnar a un joven predicador algo perdido, aburrido y sin entusiasmo que vive su vida de la misma manera todos los días esperando que algo interesante ocurra, un personaje que aparentemente no está seguro de su sexualidad. Finalmente, el último miembro de los Gemstones es Edi Patterson, una mujer frustrada con su padre porque no la aprecia mucho y no le da la oportunidad de participar más a menudo en los shows de la iglesia, una mujer que teme a su padre y que mantiene una relación con un hombre que nadie en su familia respeta. Edi Patterson nos ofrece algunas de las escenas más divertidas de toda la serie, con una comedia atípica pero muy buena.

Últimas palabras.

Se trata de una serie que nunca quiso criticar el tema de los imperios religiosos, pero que sin embargo nos ofrece un interior de lo que son estos imperios, cómo funcionan y cómo ganan tanto dinero. Una serie que me recuerda mucho a The Office por su comedia tan simple pero tan divertida y entretenida.

La serie no sólo es tontamente divertida, sino que utiliza una comedia muy inteligente y bien desarrollada a través de momentos curiosos.

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