La Mujer de Virgilio // RELATO

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Virgilio y Cecilia celebraron sus tres años de feliz matrimonio. Pensaron que podía ser el momento de pensar en tener un hijo. Después de casarse, se habían dedicado cada uno a sus labores. El, totalmente enfocado en su trabajo como director de marketing en una importante empresa alimenticia. Ella, termino su carrera de comunicación social, no ejercía la profesión, pero estaba ocupada con las tareas del hogar y un club de lectura que presidia.

Fue en ese club de lectura, donde una de sus integrantes la dio una invitación para un congreso de empoderamiento femenino. Eran cinco días en la isla de Aruba. Prestigiosas figuras que abogan por empoderar a las mujeres eran los encargados de las ponencias. Al consultarlo con su esposo, este le dijo que era una excelente idea. Virgilio era de corazón noble y todo lo que pidiera su esposa era ley. Vivía por y para ella.

Los primeros dos días del congreso, Cecilia llamo a su esposo varias veces al día y pasaban horas al teléfono diciéndose lo mucho que se extrañaba. Pero al tercer día eso cambio. Virgilio recibió solo un mensaje de texto para darles las buenas noches y los últimos dos días ni siquiera eso le llego.

Ya estaba bastante preocupado y a apunto de llamar a las autoridades, cuando Cecilia llego a la casa. El cariñoso hombre se disponía a darle unabrazo cuando ella lo detuvo. Con gesto de fastidio le dijo que tenía calor ¡Necesito algo de espacio! Un beso, frio y seco fue lo único que consiguió.

Algo no parecía estar bien, pero siendo un hombre sin malicia, pensó que era el cansancio del largo viaje. Esa noche en la cama, con la pasión y deseo de un poeta a punto de declamar, apretó las caderas de su esposa. Un empujón y casi una bofetada cortaron la inspiración. Su querida esposa le dio un recital. ¡No soy un objeto sexual! ¡No estoy aquí para satisfacer tus ganas! ¡No es cuando tú quieras, es cuando yo quiera de verdad! Era ella, quien de ahora en adelante, decidiría cuando, donde y como. ¡Y ahora no tengo ganas! Le dijo antes de lanzarle la almohada y cobija para que durmiera en el sofá.

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Durante toda la semana, el pobre hombre tuvo que comprar pizza para cenar. Ya no lo recibían con la cena lista ¡No se caso con una cocinera! Le soltó en su cara cuando amablemente le pregunto que había preparado. La dulce mujer que lo trataba como un rey, ahora era un saco de quejas y lo trataba como un animal salvaje. Cuando volvió a intentar satisfacer la pasión contenida, fue rechazado con más firmeza. ¿Entonces?¿Como haremos el bebe? Esas preguntas hicieron enfurecer a Cecilia. ¡No soy una vaca! ¡Tú eres quien desea un hijo! ¡Yo no! No voy a sacrificar mi vida criando muchachos.

El corazón de Virgilio estaba roto. Todos los planes de conformar una familia cambiaron de la noche a la mañana. La mujer que amaba parecía otra persona. Esos días en el condenado congreso de mujeres al poder, la transformaron en alguien irreconocible. Se volvió descuidada, poco femenina. No se afeitaba las axilas. ¡Son costumbres impuestas por el sistema patriarcal! Exclamaba en alta voz para que los vecinos escucharan. Soltaba pedos y eructos en cualquier lugar y delante de quien sea. ¡Los hombres lo hacen! ¡Yo también! ¡Es mi derecho! Vociferaba mientras miraba a todo el mundo con rabia.

Los amigos de Virgilio lo llamaron reclamándole. Cecilia estaba metiéndoles ideas locas a sus mujeres. Dejaron de dirigirle la palabra. Quien antes era un hombre sonriente y lleno de felicidad, ahora era un ser lleno de penas y tristeza. El alcohol sirvió medicina para su corazón herido. Se entrego a la bebida y un día llego ebrio a la reunión de la empresa. Fue despedido inmediatamente.

Encerrado en su casa, donde insultos recibía en vez de los buenos días. Sin empleo y rechazado, Virgilio parecía acabado y los quehaceres del hogar le fueron encargados. Mientras su mujer salía con sus amigas de la organización poder femenino, la limpieza, comida y orden de la casa estaba bajo su responsabilidad. ¡Ay si no limpiaste bien! Decía Cecilia verificando cada rincón del hogar. Una cachetada por cada plato sin lavar. Un correazo si no levantaba la tapa al orinar. Presionando la almohada en su cara, ocultaba el llanto y las ganas de gritar.

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Pero hasta el animal más noble tiene momentos de rudeza. Llego el día que la paciencia agotada exploto. Encontrando a su esposa tumbada en la cama, recibiendo el cariño que se le negaba, usando un artefacto de plástico. La mujer vibrando de emoción unas cien puñaladas recibió. El abnegado esposo por fin pudo respirar tranquilo. Sintiéndose libre de ese tormento, empujaba el cuchillo una y otra vez. ¡No más cachetadas, humillaciones ni maltratos psicológicos! ¡Basta!

La prensa se dio un festín con los titulares. ¡Femicidio! Hombre enloquecido acuchilla a su mujer más de cien veces. ¡Otra mujer victima de su esposo abusador! ¡Víctima de abuso asesinada por su demente esposo! Marchas de mujeres pidiendo la pena de muerte para el asesino. Protestas por parte de las organizaciones femeninas. Proyectos de ley en el congreso para reformar las penas para los asesinos de mujeres. La opinión pública se alineo en su contra. Inventaron historias. Lo pintaban como un asqueroso que obligaba a su esposa a prostituirse para poder comprar alcohol. Ex compañeros de trabajo lo describieron como un sociópata que intento abusar de las pasantes. Vecinos decían que escuchaban siempre gritos de la mujer, peor tenían miedo de ese hombre alcoholizado. Del árbol caído todo el mundo quiere hacer leña.

Una fotografía del asesino esposado pero con una gran sonrisa en el rostro, por sentirse aliviado, dio a la vuelta al mundo y como un villano fue estigmatizado. Fue así como el noble Virgilio, el eternamente enamorado de su mujer, termino sus días feliz pero encerrado.


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Entiendo el punto, pero había otras formas de poner fin a la situación, por ejemplo : un divorcio, no era necesario que termine así.Un saludo desde Argentina.

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Gracias pro pasar y comentar !
Un divorcio seria un final muy feliz. No me gustan los finales felices jijiji
Nahir Galarza tenia que dejar al novio, pero prefirio asesinarlo.
Los seres humanos son complejos y capaces de muchas cosas malas al dejarse dominar por emociones como la ira, la envidia, etc

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Jajaja, igualmente estuvo bueno.Saludos, si aparte sería aburrido.

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