San Pedro y la mano izquierda de Dios

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Recientemente, en una de esas imprescindibles salidas terapéuticas, encaminadas a paliar en la medida de lo posible un verano que ya comienza a prepararse para cantar el ‘pobre de mí’, como hacen los mozos pamplonicas para despedir a las populares fiestas de San Fermín, tuve ocasión de ver algo, que me pareció lo suficientemente curioso, como para exponerlo a la atención del público itinerante, que por una de esas celadas de Internet, caen circunstancialmente por mi blog.

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En la ciudad que vio nacer a una de las místicas más grandes del Siglo de Oro español, Santa Teresa de Jesús, me tropecé –y digo bien porque reconozco que iba tan distraído, que sin verla en un principio, casi me la trago- con una estatua de bronce y a la vez soporte de una pequeña pilastra de agua bendita, que representaba a ese familiar pescador de sirenas, sobre cuya pollina testa tuvo a bien Cristo colocar la piedra fundacional de su Iglesia, no siendo yo, por supuesto, quien critique tal decisión: San Pedro.

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Lejos de esa tradicional testa con la que generalmente los autores de todos los tiempos suelen representarlo –yerma o eternamente abonada a la jubilación del barbecho- el anónimo artista, quién sabe si por piedad o porque en el fondo padeciera delirios de barbero, lo representó con una cabellera abundante y ensortijada, que recordaba la manera en la que el escritor Peter Berling imaginó a los herederos orientales del Santo Grial o, introduciéndonos mejor en la tradición, a como el enigmático Wolfram von Eschembach, imaginó a Feirefiz, el hermano musulmán de Parzival.

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Pero lo más llamativo del caso, es que nuestro anónimo artista, proveyó a nuestro querido portero celestial, de un cabestrillo, en el que mantener en reposo su brazo izquierdo, que es, además, aquél cuya mano aferra obstinadamente la Llave, no sólo de la Iglesia sino también de los Cielos –que quede constancia, que nuestra madrileña Cibeles también porta la suya- quizás para demostrar, como hacen algunos gobiernos, que no tiene intención de apearse de un cargo, que ha de suponerse vitalicio per secula seculorum.

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En fin: podría dejar pasar el detalle del cabello y aún si me apuran, también el del cabestrillo, que quizás venga de la época en que estuvo ad vincula, es decir, encadenado, pero no puedo dejar de preguntarme, por qué eligió el artista el brazo y por extensión la mano izquierda, para depositar en ella el Símbolo de Poder, si tenemos en cuenta que siempre se ha dicho que precisamente Dios, carece de ella.

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AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.

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Cómo diría mi mamá "ya la cogiste con el pobre San Pedro."

En la mano derecha está el dedo índice y el dedo medio juntos, cuando todos los otros dedos están recogidos, y el índice está separado,señalando él solito, se está haciendo algún señalamiento imperativo, pero en este caso la energía de la posición de la mano, es aquella con la que los sacerdotes normalmente dibujan la cruz en el aire, para absolver o bendecir.
Allí San Pedro pudiera estar diciendo tranquilamente:
_y te ganarás la vida como fotógrafo, anda con Dios hijo mío.
Ahora bien, con el cabestrillo si está jodido especular algo, pero, por el tamaño de la llave, todo el tiempo que San Pedro debe dedicarle a su ardua tarea, podría estar representando el peso de la responsabilidad, apunto de que se le lesionó el manguito rotador, o le generó una bursitis muy severa.,razón por la cual tiene que usar el santo cabestrillo.
La verdad es que se poco. de San Pedro.
sabes el ejercicio que se llama en las anillas el Cristo (el que hacen los gimnastas en forma de cruz) bueno, cuando ese ejercicio se hace invertido, es decir con la cabeza para abajo y los pies para arriba (ejercicio muy difícil) en Venezuela y en casi todo el Caribe, se le llama San Pedro.
al averiguar por qué lo llamaban de ese modo, me enteré que a San Pedro lo crucificaron boca abajo.
Aquí en Venezuela se hacen muchos chistes con respecto a San Pedro,sobre todo cuando algunos personajes importantes tocan la puerta para tratar de entrar al cielo.
Los animales deciden hacer una fiesta en el cielo, San Pedro decide que todos los machos deben dejar su órgano reproductor en la entrada, para no convertir la fiesta en un bacanal, el se comprometía a devolverlo a la salida.
San Pedro ,quien estaba totalmente embriagado, le entrega al mono el del burro, cuando el mono estaba a punto de protestar, interviene la mona rápidamente y le dice:
_apúrate pendejo ,obedece.
De repente ya lo conoces, de ese tenor hay miles de cuentos sobre San Pedro.
De repente en España son más respetuoso con el.
Nota para importante:
Todas las fotos están bellísimas, pero la última está "cartelûa"

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O tú trasnochaste mucho o yo he madrugado más de la cuenta. Sí sabía lo de la crucifixión de San Pedro boca abajo, ya que suele ser representado así en numerosas escenas artísticas, de igual manera que San Andrés (por eso es su símbolo) lo hace en una cruz en forma de aspa o de equis. Con San Pedro es difícil no dejarse llevar por ese mundillo de irónia psicológica que hay detrás de todo chiste, pero te aseguro que a pesar de haber visto innumerables representaciones y de haber oído cantidad de historias de todo género sobre él, es la primera vez que me tropiezo con un San Pedro en cabestrillo (bursitis incluida) y eso, aunque para el artista tenga un sentido que a mí se me escapa en estos momentos, pues resulta una novedad. Lo que nunca había oído era el chiste de un San Pedro guardador de langostinos y medusas, aunque sean estos de índole animal. Tampoco es que en España nos hallamos vuelto de repente más respetuosos, aunque yo procuro ser respetuoso generalmente, porque tampoco cuesta nada, ni siquiera para un abogado del Diablo. Ya que mencionas ese difícil ejercicio gimnástico, el Cristo, lo cierto es que también tuve oportunidad de ver algunos realmente interesantes y muy antiguos, románicos en algún caso, de los que ya hablaré, pues siempre hay cierta controversia con el número de clavos, entre el románico y el gótico. Aunque eso es entrar en harinas de diferentes costales, pues todavía los historiadores no se han puesto de acuerdo sobre cómo fue la crucifixión, en el sentido de cómo y dónde fueron puestos los clavos, si bien hubo artistas en el pasado, que por alguna curiosa circunstancia, parece que estaban lo suficientemente bien informados para situarlos en los lugares donde aquéllos coinciden que debieron de ser puestos en realidad, para no formar un tremendo desgarro que diera con el cuerpo en el suelo. Los enigmas del Cristianismo, donde por ejemplo, en la última foto que mencionas, verás que San Pedro está representado portando también otro de los grandes enigmas, generadores de multitud de hipótesis, como es el Rostro de Cristo o Paño de la Verónica. Se trata de la parte central de un retablo flamenco anónimo dedicado a San Pedro, donde se le con la tiara papal y un lujo (no sólo de detalles) que contrastan notablemente con los humildes orígenes de un pescador, por defecto, más bruto que un arado. Un abrazo

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Que interesante todo eso, como para no parar de hablar del asunto, porque se que esos artistas no ponían nada, nada más que por ponerla.
Lo del cabestrillo, es la vaina.
Saludos Cámara.
Nota:
El el llano venezolano, càmara, camarita, es amigo.
Una canción , un joropo, de esa zona se llama "cámara, preséntame esa muchacha"

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Ja, ja, ja...pues en eso radica buena parte de mi pasión, en ir desentrañando parte de esos enrevesados mensajes, de esas señales que generalmente pasan desapercibidas, pero que los artistas tenían mucha precaución y mucho ingenio, pues aunque éste no sea el caso, no siempre los artistas eran ortodoxos en su manera de pensar y tenían que ocultar muy bien los detalles, pues en ciertas épocas su vida pendía de un hilo tan delgado como ese que dicen que separa el amor del odio. Y aún así, hay cosas y casos, cuya visión te dejaría realmente estupefacto. Los grandes museos, por ejemplo, son auténticos receptores de ello. Lo que todavía no comprendo, mi pana, es que en pleno siglo XXI, todavía nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino. Pero claro, eso es otra historia. Creo que era el propio Cristo, quien solía decir aquello de: el que tenga ojos, que vea. Por otra parte, siempre me ha gustado aprender, más que idiomas, expresiones, de manera que te estoy muy agradecido por ir enseñándome todo este tipo de expresiones, que por sí mismas, constituyen todo un tesoro. Un abrazo

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Jajajaja. Y yo que venía con mi teoría conspirativa y Carlitos que me hace soltar la carcajada. Diría maíta, que en paz descanse: ese carajito no respeta!!! Yo no me quiero imaginar el tamaño de esa puerta y el hueco de esa cerradura. Mayor llave!!! Y está más agarrá que vieja en moto. Al ver tus fotos, de verdad que sí se ve pequeño en comparación con la grandeza del recinto y de la responsabilidad que tiene en sus hombros: "si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir". ¡Mayor trabajo tiene San Pedro! Bonito sábado, @juancar347

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En realidad, con San Pedro se puede uno esperar cualquier cosa. Si nos ponemos a pensar, yo diría que es una de las figuras, después de todo, que más alusiones e interés ha despertado, sin importar el sentido. No es el caso, porque esta obra parece relativamente moderna, pero sí que te diré, que en los siglos XII y XIII, cuando ya el románico comenzaba a dejarle sitio al gótico, en muchas representaciones, para resaltar la importancia, se hacían destacar, aumentándolos, una serie de detalles. Yo tuve ocasión de ver un ángel, cuyas manos, enormes, hubieran hecho las delicias de mi viejo profesor de matemáticas para dar collejas y guantazos, y no tener que buscarse una regla a la que dar sebo para que estuviera más flexible y causara más daño. Miedo me da, pensando en eso, lo que sería un llaverazo de San Pedro. En fin, le dejaremos tranquilo un rato, ja, ja, ja. Un abrazo

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