NIP

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Juan llevaba bastantes años preso como para recordar cual había sido su última fechoría, ladrón de profesión como lo era, jamas había tenido problemas con la justicia, pues su técnica era silenciosa y nunca dejaba ningún indicio que lo vinculara, esta vez algo lo distrajo, la chica del vestido rojo que había visto en el elevador, quien lo había dejado pensando? quien sabe. Nunca antes se había distraído, pero esta vez las deudas lo estaban agobiando. Quien iba a pensar que quitarse levemente la mascara para secarse el sudor iba a ser suficiente para identificarlo, y pues bueno, hasta ahí todavía tenía posibilidad, pero al empujar a su abogado defensor, este se golpeó la cabeza quedando inconsciente para luego perder la vida en el quirófano.

Treinta años pasaron mas lento de lo que el creía, al salir de la cárcel aún podía levantar un bulto de cemento, pero a sus sesenta años, quien le iba a dar trabajo. Pasó los primeros días buscando entre la basura, y luego decidió volver a las andadas, buscó un cajero automático y espero a su primer víctima.

Parado frente al cajero se le hizo muy raro no encontrar orificio para la tarjeta y la salida del dinero, pero eso no lo iba a detener, a los pocos minutos llegó un joven quien se paro enfrente del cajero y se recargó en el con la mano derecha extendida. Juan se le aproximó y lo tomó por el cuello exigiéndole el dinero, el joven no opuso resistencia y le entregó inmediatamente lo que llevaba en la mano, que resultó ser un paquete de comida para llevar, Juan tomó el paquete y se hizo a un lado, el joven, al ver que era un viejo que se veía muy cansado decidió ayudarlo.

-No le puedo dar dinero porque eso dejo de existir hace como veinte años- le dijo el joven. Le explicó que todo está basado en el ADN de las personas, solo tenía que colocar la palma de una de sus manos o cualquier parte del cuerpo sobre el lector y este al detectar que está con vida generaría un NIP aleatorio temporal basado en su estado de ánimo.

-Resulta que al asustarme, usted bloqueo mis recursos y no tendré acceso a ellos hasta que esté completamente calmado, pero déjeme ayudarlo a acceder a los suyos- le dijo el joven.

Juan colocó su mano derecha sobre el lector como le dijo el joven, pero sólo aparecía un mensaje de usuario bloqueado, el joven, al ver que estaba muy ansioso le pidió que se calmara, que se comiera la comida que el llevaba y que descansara un poco. Juan así lo hizo, le contó que acababa de salir de la cárcel, por lo que el joven ni se inmutó, como media hora mas tarde, Juan lo intentó de nuevo, resultó que tenía fondos suficientes como para vivir cinco años por los salarios que estaba generando en la cárcel.

-Tiene que buscar un trabajo, pues es ilegal no trabajar aún si tiene con que subsistir, pero ese trabajo, por su edad puede se de sólo cuatro horas diarias, hasta que cumpla los setenta - le dijo el joven.



Historia y diseño

@saulos



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