Ella es Nicolle mi nieta (la de la foto) a la edad de cuatro años, en ese tiempo, yo estaba cursando mis estudios de maestría en educación especial, y generalmente me la llevaba a las clases porque su mamá trabajaba y mayormente quien la cuidaba era yo, así que las veces que salía, cargaba con mi muchacha.

Ella se portaba muy bien, una vez dentro del aula de clases, yo la acomodaba en un pupitre y le desplegaba un montón de colores con un cuaderno para dibujar y se entretenía un montón, mientras yo apuntaba mi clase y participaba en las dinámicas del grupo con mis compañeros y profesores.

Ese día había que realizar una actividad muy movida con globos , unas láminas ilustrativas y un silbato, donde nos debíamos colocar en círculo y cada estudiante hacía su participación concerniente a la temática del día.

Nicolle estaba muy emocionada participando también en la actividad, pero como todo niño de su edad se cansó, porque después había que hacer una plenaria exponiendo las conclusiones de la actividad, y la nena salió del aula de clases a jugar al patio de la institución.

Pero

¡Cerró la puerta por fuera!

Dejando encerrados a todos en el salón, de paso ese día hacía un calor infernal, porque estábamos en pleno verano, en la región de los llanos venezolanos que es muy calurosa.

Justamente el intenso calor, fue lo que nos movió a abrir la puerta, cuando uno de los profesores se dispone a hacerlo, la puerta no abrió, e inmediatamente me llaman y me dicen:

_Tu nieta cerró la puerta por fuera.

Ese día era domingo, y no había mayor número de personal por allí, había sólo el vigilante de la puerta principal pero estaba muy lejos y no nos podía oír.

Se formó un silencio sepulcral, con rostros de incomodidad y yo ya estaba poniéndome nerviosa, temiendo que la nena se fuese a caminar más lejos y yo sin poder salir.
Sudaba a cántaros, por lo que decidí subirme en una mesa y llamar a la nena por la ventana, rogándole que abriera la puerta.

Ella efectivamente estaba allí muy cerca jugando, y se reía de la travesura que había hecho, pero luego de unos minutos de angustia, entendió el menaje y accedió a abrir la puerta, fue un alivio para todos y más para mí a la que sentía decenas de miradas acusadoras detrás de mi nuca señalándome.

Luego de eso, continuaba llevándola a las clases, pero con el supremo cuidado de no repetir el embarazoso incidente.

Hoy mi preciosa nieta tiene 12 años, y siempre recordamos la anécdota con gracia y no podemos evitar reírnos de las ocurrencias de la muchachita, y ella, y que se siente ¡muy avergonzada jajaja!.

Les hago la cordial invitación para que se animen a participar, les dejo el link para que sigan las instrucciones del concurso:

https://steemit.com/topfivefamily/@topfivefamily/cuentame-tu-anecdota-esa-que-aun-recuerdas-y-te-hace-reir-o-llorar-concurso-topfivefamily

http://sincroniadivina.repollo.org/?p=104&preview=true