A través de la ventana veía un hermoso paisaje transcurrir delante de mis ojos, el azulado cielo combinaba perfectamente con el verdor que cubría las sinuosas laderas de la montaña que atravesábamos tan velozmente, realmente un espectáculo. Mientras tanto, pensaba en la dificultad técnica de la construcción de esta línea férrea, una maravilla de la ingeniería por lo difícil del escarpado relieve.

Era muy afortunado de estar allí, en el primer viaje del tren de alta velocidad que inaugura la interconexión de las ciudades más importantes del país. Una ruta inaccesible por muchos años y que ahora había sido conquistada, haciendo obsoleto al sistema de carreteras, como a los viejos rieles de tren que vadeaban a las montañas.

Admiraba la exquisita y sobria decoración del vagón de primera clase, un ambiente de lujo que contrastaba con la minimalista y funcional área para el pasajero común, pero la mayor diferencia era el servicio de camareros como el pequeño cafetín en el área del frente.

Para saciar la curiosidad me levanté del cómodo asiento dirigiéndome al cafetín. Quedé totalmente impactado por los preciosos ojos color caramelo que me miraron, un click instantáneo surgió entre nosotros.

—Me permite sentarme a su lado.

—Por supuesto.— Ella contestó sin titubear.

Intercambiamos sonrisas y una diáfana conversación se extendió por horas. Todo había pasado a un segundo plano, solo existíamos los dos, su belleza y personalidad opacaba al salón mismo.

Ambos nos quejamos casi al unísono al escuchar por el altavoz que el viaje estaba próximo a terminar. ¿Cómo era posible? ¡El tiempo transcurrió tan rápido! aunque pensándolo mejor, creo que estaba hechizado por la bella mujer.

—Bueno, me gustaría conocerte mejor.— Me sorprendió de nuevo.

—Toma mi tarjeta y llámame cuando quieras regresar.

Me sonrió y dándome un leve beso en la mejilla, tomó la cartera saliendo por la puerta que daba al frente del tren. En mi postración no tuve oportunidad de decirle nada más.

Al leer la tarjeta de presentación, comprendí quien era ella y el motivo de su viaje, desde ya estaba urgido por el viaje de regreso para disfrutar de su grata compañía, quien quita, a lo mejor, nos embarcamos en otro tipo de viaje.