En casa nunca faltan los granos, desde que era niña mi madre siempre nos motivó a comerlos, en sopas o guisados que siempre acompañábamos con arroz blanco. Aunque en el Oriente del país donde vivo (Venezuela) se acostumbra a comer las caraotas negras con un toque dulces, a mí me gustan saladas, tal como se la preparan en el Occidente, de donde era oriundo mi padre. Los frijoles los podemos encontrar negros, blancos y rojos, todos son muy sabrosos, sin embargo, yo prefiero los blancos y rojos. Comer frijoles es muy saludable por su alto contenido en proteína vegetal, vitaminas C, E, A y B, además de minerales como el magnesio y el potasio. Son indicados para regular el azúcar en la sangre y el colesterol. De los tres tipos de frijoles que he mencionado, la mayoría de las personas se inclinan por los negros, dicen que son los más sabrosos. Por otra parte, en casa eran los que con más frecuencia compraban, mi madre decía que superaban en nutrientes a los otros dos.

El secreto al cocinar los frijoles está en que deben remojarse de un día para otro porque así estarían liberando las sustancias que provocan gases y otros problemas digestivos, además de ayudar a que se ablanden y se puedan cocinar más rápido. En cuanto a su sazón, el comino no debe faltar, le da un toque especial. Ahora bien, en cuanto a la elección de los frijoles a comprar, me fijo en la marca, que sea reconocida, aunque he comprado frijoles empaquetados en bolsas plásticas que de seguro los han adquirido a granel, y la verdad han salido muy buenos. No obstante, en lo particular prefiero los que ya vienen empaquetados y la marca que elijo siempre es Pantera, aunque también encontramos la marca Mary que además de reconocida es de calidad y confianza.