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Hoy se llevaron a Lucas; las alarmas sonaron cuando él, sobre una de las tantas mesas blancas del comedor, se atrevió a maldecir al capitán Narváez. Lucas pidió que lo ayudáramos, que nos levantáramos de nuestras sillas para unirnos a la protesta. No obstante, sus lágrimas se derramaron en vano, y al ver el silencio y el miedo en nuestros labios también nos maldijo desde sus entrañas. ¿Por qué tuvo que desafiar al sistema? ¿Por qué pensó que la valentía lo salvaría de los guardias armados?

Antes de que se lo llevaran me miró con vergüenza, tal vez recordando nuestra conversación de la noche anterior. Claramente le dije: no lo hagas, no quiero que mueras… ¿Por qué mis amigos son estúpidos? Y ahora, entre los choques eléctricos con los que lo torturan frente a nosotros, soy capaz de entender las consecuencias mortales de una libertad imposible. Nadie puede contra el capitán Narváez… nadie puede contra La Red. Entonces, ¿Por qué luchar en vano si todos terminaremos como Lucas?

La solitaria rebelión comenzó por la comida, ausente desde tres días en el comedor. Para compensar nuestras energías, solo hay jugo de remolachas para el desayuno, el almuerzo y la cena. Lucas, furioso además por los forzosos trabajos que debemos cumplir por obligación, se armó de voluntad para exigir un mejor trato para todos, y sin embargo, nosotros le fallamos, al igual que le fallamos a Sasha, y a Gred, y a los veintitrés compañeros restantes que desafiaron el sistema para nunca más ser vistos.

¿A dónde se los llevan? Nadie lo sabe, aunque estoy seguro de que la respuesta se encuentra entre los gusanos. Lucas ya debe estar bajo la tierra, con las esperanzas tan frías como su propio cadáver. Y aunque ya he vivido la misma situación muchas veces, soy incapaz de acostumbrarme a las pérdidas. Así es la red; un sistema de reacondicionamiento para humanos, una tortura, un cementerio para los amigos y los recuerdos. Nadie sabe por qué estamos dentro de estas celdas magnéticas, y nadie se atreve a preguntar.

_{Imagen Original de Pexels || Pixabay}

No tenemos padres, no tenemos memoria… nuestra vida es para La Red; eso es lo que más debe importarnos.

Intento apretar las pestañas para conciliar el sueño, sin embargo el recuerdo de Lucas sigue dado vueltas en mi cabeza. Seguramente el capitán Narváez nos tiene un castigo preparado, según él, para persuadirnos de las ideas libertarias. La última vez nos hizo caminar sobre clavos, y la anterior a esa nos sumergió en agua electrificada... ¿Por qué tengo ganas de llorar? Quizás por la cruda cobardía que azota mis huesos. Lucas tenía razón, aunque ya esté muerto: Incluso ahora siento sus burlas en la celda, chocando contra el escudo magnético que me separa de los otros.

—¿Por qué tener miedo si nos matarán a todos? —Había dicho Lucas antes de su rebelión—. No hay libertad si no hay valentía.

“Perdóname amigo” dice mi voz interna, recordando a un Lucas perdido en la indiferencia de sus supuestos amigos.

El capitán Narváez ha cosechado valiosas estrellas en su uniforme gracias a todos los que se han atrevido a desafiarlo. Aunque después de lo de Lucas, dudo ver otra estrella al menos por mucho tiempo. Incluso, mis labios sonrientes me advierten de que los pocos que quedamos no somos más que un montón de estúpidos miedosos. Tras esa deducción soy capaz de entregarme a las pesadillas: fuego y sangre, y una civilización consumida por una gran hegemonía.

¿Qué son estos recuerdos?

_{Imagen Original de psychelops || Pixabay}

Banderas rojas con franjas negras y estrellas blancas, desfilando en las espaldas de un millar de hombres uniformados. ¡El mismo uniforme del capitán Narváez! Estoy entre ellos, disparando a la multitud de sombras que suplican por su vida. Yo solo río mientras disparo, hasta que las alarmas disonantes me arrebatan el sueño. ¿Por qué me sentía como un héroe? ¿Por qué me sentía feliz? Y aun peor: ¿Por qué nos despiertan más temprano de lo habitual?

Sin previo aviso irrumpen en mi celda y me arrastran a golpes al patio principal. Ruego por mi vida, pensando que el castigo de Lucas también me lo darán a mí. Sin embargo, cuando veo al resto del grupo ensangrentado, entiendo con más lucidez la situación: se trata de la persuasión del capitán Narváez. Él está frente a todos, fumando un cigarrillo, mirándonos como si fuéramos parásitos.

—Me encanta cuando alguno de ustedes desafía las reglas. —Dice el Capitán Narváez. Tras inhalar el humo de su cigarrillo con orgullo, sonríe para sentenciarnos—: En La Red las rebeliones se castigan severamente, no solo para los que las impulsan… también para los que las observan.

Cuando el capitán cruza sus brazos los soldados nos apuntan con sus armas. Arriba, en la defensa de las murallas, los francotiradores también obedecen la señal. Mientras tanto el capitán Narváez apaga el cigarrillo con su bota y, feliz en la crueldad, continúa con su discurso de muerte:

—Han perdido a muchos de sus amigos, ¿Veintitrés no? Una cifra muy grande en comparación con los reacondicionamientos anteriores.

¿Reacondicionamientos anteriores? Mi cuerpo se congela, argumentado la realidad de que somos parte de un sistema rotativo de maldad. ¡Hubieron más antes de nosotros! Pero… ¿Qué pasó con ellos? ¿Cómo fue que llegamos aquí? ¿Qué diablos es La Red? ¿¡Qué pasará con nosotros!? Lo que dice el capitán termina por destruir mis esperanzas:

—A diferencia de su amigo Lucas, les daré una oportunidad única. Es muy fácil: solo deben quitarle el arma al soldado que los apunta y dispararme. Aquel que lo haga recibirá la libertad de la muerte, —Dice mirando a los francotiradores—, los que no, seguirán con vida. —El capitán se echa a reír tras su propuesta desquiciada.

Ninguno de mis compañeros se atreve a obedecerlo, pero, por alguna razón, las palabras de Lucas comienzan a jugar con mis pesadillas. No sé quien soy, no sé de donde vengo… no sé que es esta maldita red… entonces, por primera vez en la corta vida que tengo de memoria, soy capaz de destruir la cobardía que me hizo perder tantos amigos.

—¿¡Por qué tener miedo si nos matarán a todos!? —Vocifero las últimas palabras que escuché de Lucas—. ¡No hay libertad si no hay valentía!

_{Imagen Original de KELLEPICS || Pixabay}

Obviando al resto del grupo le arrebato el arma al soldado que me apunta en la cabeza y disparo, y las risas del capitán Narváez desaparecen para siempre. Dejo caer el arma y me arrodillo, esperando mi muerte. Aprieto las pestañas, esta vez para encontrar en sueño eterno; escucho el sonido de las balas y los gritos, pero mi corazón sigue latiendo… cuando el silencio llega mis ojos vuelven a ver la luz: todos mis compañeros están en el suelo, muertos… ¿qué acaba de pasar?

Escucho aplausos, y, entre más soldados, se revela otra figura. Es… ¿Lucas? Retrocedo sin aire en mis pulmones, mientras los soldados que antes apuntaban me veneran con sus vítores.

—¿¡Lucas!? —Es lo primero que sale de mi boca entre taquicardias—. Pensé que estabas muerto.

—Yo pensé que tú estarías muerto. —Reconoce él—, pero por fortuna, eres uno de nosotros. ¡Felicidades! Acabas de ganar con éxito tu libertad.

Miro a mí alrededor: mis compañeros muertos, el capitán Narváez en un poso de sangre, los soldados aplaudiendo… Lucas asintiendo ante mi supuesta victoria.

—Se supone que La Red no es un lugar para valientes. —Argumento entre lágrimas.

—Tienes toda la razón. —Él ríe con frivolidad— La Red no es para Valientes, por eso ahora eres libre… —finalmente señala los cadáveres ensangrentados—, los que verdaderamente sufren el castigo son los cobardes.

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Gracias por Leer

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English

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Today they took Lucas; The alarms sounded when he, on one of the many white tables in the dining room, dared to curse Captain Narváez. Lucas asked us to help him, to get up from our chairs to join the protest. However, his tears were shed in vain, and seeing the silence and fear on our lips he also cursed us from the bowels of him. Why did you have to challenge the system? Why did he think that bravery would save him from the armed guards?

Before they took him away he looked at me sheepishly, perhaps remembering our conversation the night before. I clearly told him: don't do it, I don't want you to die… Why are my friends stupid? And now, between the electric shocks with which they torture him in front of us, I am able to understand the deadly consequences of an impossible freedom. Nobody can against Captain Narváez… nobody can against La Red. So, why fight in vain if we all end up like Lucas?

The solitary rebellion began with food, absent for three days in the dining room. To compensate our energies, there is only beetroot juice for breakfast, lunch and dinner. Lucas, also furious about the forced labor that we must fulfill by obligation, armed himself with the will to demand better treatment for everyone, and yet, we failed him, just as we failed Sasha, and Gred, and the remaining twenty-three companions who defied the system never to be seen again.

Where do they take them? Nobody knows, although I'm sure the answer lies with the worms. Lucas must already be underground, with hopes as cold as his own corpse. And although I have already experienced the same situation many times, I am unable to get used to losses. So is the network; a reconditioning system for humans, a torture facility, a graveyard for friends and memories. Nobody knows why we are inside these magnetic cells, and nobody dares to ask.

_{Pexels Original Image || Pixabay}

We have no parents, we have no memory... our life is for The Network; That is what should matter most to us.

I try to squeeze my eyelashes to fall asleep, however the memory of Lucas is still spinning in my head. Surely Captain Narváez has a punishment prepared for us, according to him, to persuade us of libertarian ideas. The last time he made us walk on nails, and the time before that he dunked us in electrified water... Why do I feel like crying? Perhaps because of the raw cowardice that plagues my bones. Lucas was right, even though he's already dead: Even now I feel his mockery in the cell, bumping into the magnetic shield that separates me from the others.

"Why be afraid if they will kill us all?" Lucas had said before his rebellion. "There is no freedom if there is no courage."

"Forgive me friend" says my inner voice, remembering a Lucas lost in the indifference of his supposed friends.

Captain Narváez has garnered valuable stars on his uniform thanks to all those who have dared to challenge him. Though after Lucas, I doubt I'll see another star for long at least. Even my smiling lips warn me that the few of us left are nothing more than a bunch of stupid scaredy-cats. After that deduction I am able to surrender to nightmares: fire and blood, and a civilization consumed by a great hegemony.

What are these memories?

_{Original Image by psychelops || Pixabay}

Red flags with black stripes and white stars parading on the backs of a thousand uniformed men. The same uniform as Captain Narvaez! I am among them, shooting at the crowd of shadows that are begging for their lives. I just laugh as I shoot, until the dissonant alarms take my sleep away. Why did I feel like a hero? Why did I feel happy? And even worse: Why do they wake us up earlier than usual?

Without warning they break into my cell and drag me to the main courtyard with blows. I beg for my life, thinking that Lucas's punishment will also be given to me. However, when I see the rest of the bloodied group, I understand the situation more clearly: it is Captain Narváez's persuasion. He is in front of everyone, smoking a cigarette, looking at us as if we were parasites.

“I love it when one of you defies the rules." Says Captain Narvaez. After proudly inhaling the smoke from his cigarette, he smiles to sentence us: “In La Red, rebellions are severely punished, not only for those who promote them… but also for those who observe them."

When the captain crosses his arms, the soldiers point their weapons at us. Upstairs, defending the ramparts, the snipers also obey the signal. Meanwhile, Captain Narváez puts out his cigarette with his boot and, happy in cruelty, continues with his death speech:

"You've lost a lot of your friends, haven't you, twenty-three? A very large figure compared to previous refits."

Previous retrofits? My body freezes, arguing the reality that we are part of a rotating system of evil. There were more before us! But… what happened to them? How did we get here? What the hell is The Network? What will happen with us!? What the captain says ends up destroying my hopes:

“Unlike your friend Lucas, I will give you a unique opportunity. It's very easy: they just have to take the gun from the soldier pointing at them and shoot me. Whoever does it will receive the freedom of death," He says looking at the snipers: "those who don't, will continue to live." The captain laughs at his crazy proposal.

None of my mates dare to obey him, but for some reason, Lucas's words begin to play on my nightmares. I don't know who I am, I don't know where I come from… I don't know what this damn network is… so, for the first time in the short life I can remember, I am able to destroy the cowardice that made me lose so many friends.

“Why be afraid if they will kill us all!?" I shout the last words I heard from Lucas: "There is no freedom if there is no courage!"

_{KELLEPICS Original Image || Pixabay}

Ignoring the rest of the group, I grab the gun from the soldier who points it at my head and shoot, and Captain Narváez's laughter disappears forever. He dropped the gun and I knelt down, awaiting my death. I squeeze my lashes, this time to find myself in eternal sleep; I hear the sound of the bullets and the screams, but my heart keeps beating… when the silence arrives my eyes see the light again: all my companions are on the ground, dead… what just happened?

I hear applause, and, among more soldiers, another figure is revealed. Is… Lucas? I back away with no air in my lungs, while the soldiers who were aiming earlier reverence me with their cheers.

"Luke!?" It's the first thing out of my mouth between tachycardias. "I thought you were dead."

"I thought you would be dead." He admits: "but luckily, you're one of us. Congratulations! You have just successfully won your freedom."

I look around me: my dead comrades, Captain Narváez in a pool of blood, the soldiers applauding… Lucas nodding at my supposed victory.

“The Net isn't supposed to be a place for the brave." Argument between tears.

"You're right." He laughs frivolously: "The Network is not for the Brave, that's why now you're free…" finally pointing to the bloodied corpses: "those who truly suffer the punishment are the cowards."

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Thanks you for Reading